miércoles 24 de abril del 2024

Talleres saborea su lenta resurrección

Quebrado y al borde de la desaparición, se levantó gracias al apoyo de sus hinchas. Con sus juveniles, lucha por regresar a la B Nacional.

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Alejado de las primeras planas nacionales y de los torneos más convocantes del fútbol argentino, Talleres de Córdoba vive su mejor momento luego de varias temporadas de frustraciones. El club que en épocas de glorias supo animar los torneos de Primera e incluso disputó la Copa Libertadores de América, hoy pugna por salir del duro Torneo Argentino A. Transcurridas cuatro fechas del undecagonal final, en el que once equipos se enfrentan todos contra todos a una rueda, la T marcha tercero, a dos puntos del líder, y mantiene intacta las esperanzas de obtener el único ascenso directo que otorga la categoría.

Pero el buen momento de Talleres no se limita sólo a lo deportivo. En lo institucional el conjunto de Barrio Jardín se encuentra en un franco proceso de recuperación institucional, que demoró varios años en llegar.

Aquella quiebra. La quiebra de Talleres se decretó el 28 de diciembre de 2004; ese mismo año había descendido de la Primera División tras una recordada promoción disputada contra Argentinos Juniors. La entidad albiazul fue gerenciada por Carlos Granero primero, y luego por Carlos Ahumada, un empresario muy cuestionado, que comandó los destinos del club a pesar de que era buscado por la justicia mexicana, acusado de fraude en aquel país.

Tanto Ahumada como Granero se vieron abatidos por la abultada deuda del club y los malos resultados que acompañaron sus gestiones. El club descendió al Argentino A, la tercera categoría del fútbol nacional y el juez que llevaba la quiebra decidió no extender el vínculo de ambos con la institución.

Pero desde mediados de 2010 el horizonte de Talleres comenzó a ser cada vez más alentador y la recuperación llegó de la mano de la filiación sentimental. Un grupo de socios, todos ellos reconocidos empresarios locales, preocupados por la situación del club de sus amores, decidieron tomar las riendas de la institución y conformaron la Asociación Fondo de Inversión Talleres S.A., cuyo objetivo es la “recuperación social, institucional, deportiva y patrimonial del club”.

Ernesto Salum, Aldo Roggio y Hugo Bertinetti, son las caras visibles de un proyecto que tiene como gran espejo dentro del fútbol cordobés a Belgrano, su rival de toda la vida, que de la mano del empresario Armando Pérez salió de la quiebra y logró el histórico ascenso a Primera División frente a River Plate.

Perfil bajo, cuentas ordenadas y gastos moderados fueron las bases para el resurgimiento del club, que hoy intenta volver a transformarse en uno de los grandes protagonistas del fútbol argentino.

El factor Pastore. En el peor momento del club, a fines del 2008, la deuda de Talleres alcanzó los 30 millones de pesos; en la actualidad el Fondo de Inversión se encamina a borrar por completo esa cifra. Las gestiones por el pase del volante Javier Pastore del Palermo al París Saint Germain fueron clave para el ingreso de dinero fresco a las arcas del club. A principios de noviembre pasado se depositaron 587.719,31 euros correspondientes a la primera cuota percibida por el “mecanismo de solaridad, y los derechos de formación del cordobés”. El 1º de julio próximo y en la misma fecha del 2013, el club cobrará el resto en dos cuotas iguales de 290.921,06 euros. Con ese ingreso, el club quedará a 6 millones de pesos de ser saneado.

Una de las premisas fundamentales para el Fondo de Inversión que comanda el club fue promover jugadores formados en las divisiones inferiores. En las instancias finales de la etapa clasificatoria al undecagonal, donde consiguió sus mejores resultados, el equipo formó con mayoría de juveniles, algunos de ellos con futuro de exportación. Gabriel Carabajal, Nery Leyes, Claudio Francés y Agustín Díaz son nombres que ilusionan al público cordobés con dejar al club en la Segunda División del fútbol nacional. Además, la comisión que dirige a Talleres apostó a un técnico de bajo perfil como Armando Sialle, que llegó desde el sur con un único pergamino, el de haber logrado el ascenso a la B Nacional dirigiendo a Guillermo Brown de Puerto Madryn.

Pasión por vos. Uno de los pilares en el resurgir de Talleres es el tremendo apoyo popular con que cuenta el club de Barrio Jardín. Una multitud que sorprende a propios y a extraños acompaña cada uno de los partidos que disputa el albiazul. En el último encuentro de local, frente a Douglas Haig de Pergamino, casi 35 mil almas se dieron cita en el estadio Mario Alberto Kempes. Fue uno de los más convocantes de la fecha a nivel nacional. Toda una demostración de la pasión que mueve el fútbol de Córdoba y el sentimiento que despierta un club al que el Argentino A comienza a quedarle muy chico.

Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.