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En diciembre, Paulo Dybala se dio el gusto de jugar con muchos de sus ídolos en un partido benéfico organizado por la Fundación Pupi, de Javier Zanetti. En el encuentro, disputado en el Estadio Único de La Plata, la Joya tiró paredes con ídolos de su infancia como Francescoli, Abreu o el Pipita Higuaín. Pero del evento, se trajo algo más que buenos recuerdos.
Al costado del campo de juego, la sonrisa angelical de una morocha deslumbró al cordobés. La señorita en cuestión era Aline Lucena, la hija de Jaqueline Dutra que Martín Palermo crió como propia. Desde entonces comenzaron una relación a la distancia que perdura hasta hoy, asegura el Diario Perfil.
Ella festeja cada uno de los goles del 9 desde Buenos Aires, y de vez en cuando se la puede ver por Alta Córdoba. También lo alienta por Twitter, como supo hacerlo hasta hace muy poco cuando gritaba los goles del Titán. Él, por ahora, prefiere no blanquear y con una sonrisa cómplice asegura: “Sólo somos buenos amigos”.
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