viernes 29 de marzo del 2024

NBA: ¿La última chance de Manu?

Comienzan los playoffs y los Spurs son uno de los favoritos. Sin embargo, deberá enfrentar la desventaja que puede significar un plantel veterano.

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Es ahora. San Antonio Spurs, esa franquicia tan particular de la NBA, tan ganadora, enfrenta tal vez su última gran oportunidad de anillo, al menos en el corto plazo. Todos lo saben. Por eso los movimientos de mercado son mucho más arriesgados que de costumbre (llegaron Stephen Jackson, Boris Diaw y Patrick Mills). Por eso el cuidado extremo de las tres grandes figuras del plantel: Tim Duncan, Emanuel Ginóbili y Tony Parker. Es ésta la chance. Incluso algunos factores externos parecen influir positivamente en el contexto texano. ¿Un ejemplo? El calendario reducido a causa del lockout, que definitivamente lo favoreció. Es cierto, los playoffs, una vez que comienzan, son historia aparte (la temporada pasada, Spurs también tenía el 1 del Oeste y cayó en primera ronda frente a Memphis, que había sido octavo). Allí no hay antecedentes que valgan. Pero desde 2007 la franquicia no llegaba a la postemporada con el cielo tan abierto.

Futuro incierto. Dos datos que hablan de San Antonio y su estirpe ganadora: es el equipo con mejor registro de victorias de la historia, detrás de Lakers, y juega playoffs ininterrumpidamente desde 1997. En ese lapso ganó cuatro anillos, cuatro títulos de Conferencia y 18 de División. Mucho tuvo que ver con semejante crecimiento el DT Gregg Popovich, quien supo elegir bien a los jugadores y maniobrar sobre egos con una conducción de estilo militar. Pero ahora San Antonio y Popovich se enfrentan a un dilema al que no estaban acostumbrados (y que tan familiar resulta para la Selección argentina): la transición futura. Porque Duncan tiene 35 años y está cada vez más cerca del retiro, y Ginóbili tiene 34 y tampoco podrá jugar toda la vida. Por eso Popovich, que no tiene un pelo de tonto, apeló a dos alternativas para tener momentáneamente la situación controlada. En primer lugar, empezó a dar verdadero rodaje a los proyectos (Neal, el brasileño Splitter, Leonard, Green, Blair). En segundo, obligó a la dirigencia a redoblar esfuerzos para ir por este anillo antes de que sea tarde. Alguna vez a Gregg le preguntaron cuándo se retiraría, y él contestó: “Un minuto después de que lo haga Duncan”. Bueno, posiblemente no se retire, pero sí queda claro que sabe lo que le espera. Que una oportunidad como la que se le presenta ahora tal vez no vuelva a presentársele.

La debilidad ajena. Otro punto decisivo en este postulado extremista es el hecho de que los históricos rivales de la Conferencia Oeste (Lakers y Mavericks) están en un período de extraña irregularidad. Tampoco es un parámetro directo de lo que puede suceder en playoffs, pero no se lo puede ignorar. Kobe se ha mostrado excesivamente egoísta en la fase regular, y los últimos campeones nunca lograron hacer pie. El equipo que luce como un hipotético problema en el Oeste es Oklahoma, con Durant y Westbrook en llamas. Y tampoco es invencible. En el Este, en cambio, sí aparecen dos sombras considerables: Chicago, con Rose en su mejor momento (y la mejor rotación de la NBA), y Miami, sin tantas presiones como en los dos últimos años. Ninguno de ellos defiende como lo está haciendo Spurs.

¿El último tren? Ginóbili aclara ante los excesivos pronósticos que los candidatean: “Hoy en día está demostrado que ni siquiera podés pensar en la segunda ronda. Nada te garantiza que pasarás la primera”. Y tiene razón. Sin embargo, por dentro sabe que el equipo llega al momento clave a punto caramelo. Con récord de 50-16, apenas cinco caídas como locales, una de las ofensivas más sólidas de la liga (incluso sin Manu), una rotación extensa (y renovada) y una defensa a prueba de balas, es imposible no especular alto. Es imposible no generar ilusión. Es ahora. Ahora que están todos sanos y enfocados, que el destino parece allanar caminos. Es ahora; mañana puede ser tarde.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.

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