viernes 29 de marzo del 2024

Sepo, el Ginóbili que dijo adiós

Tras retirarse de la Liga Nacional rozando los 40, Sebastián Ginóbili recuerda su intachable carrera. La experiencia en cancha con sus hermanos.

442

Sebastián Ginóbili dejó una huella difícil de borrar en el básquet argentino. Tercer jugador con mayor cantidad de partidos jugados en la Liga Nacional con 935 juegos (sólo superado por Diego Osella y Gabriel Cocha), segundo en asistencias -superando a Marcelo Milanesio- y noveno en cantidad de puntos (11.189) marcan una carrera para no olvidar. "Nunca me fijé mucho en las estadísticas, me considero un jugador de equipo", repasa con humildad el Sepo en una charla con 442.

Su retiro de las canchas luego de que Libertad fuera derrotado en semifinales por Peñarol, puso fin a las 19 temporadas del bahiense en el máximo nivel argentino. "Dejé primero por un tema de edad (39 años), venía madurando la decisión y lo acontecido en la última temporada, en la que no tuve tantos minutos de juego, aceleró la decisión. De todas maneras, me produce orgullo haber perdurado por muchos tiempo en un nivel alto de competencia. Jugar 21 años como profesional no es fácil", cuenta.

"La Liga me dio mucho, como la posibilidad de mejorar año a año con la competencia, el lugar para que el básquet sea un medio de vida y un montón de gente que recordaré toda mi vida, con la cual compartí momentos bárbaros y de los otros", no duda en reafirmar el Sepo acerca de su trayectoria en el país, donde jugó para Quilmes (Mar del Plata), Estudiantes (Bahía Blanca), Deportivo Roca (Río Negro), Estudiantes (Olavarría) y Libertad.

Los hermanos sean unidos. El Sepo es uno de los hermanos mayores de Manu y tuvo el privilegio de haber compartido equipo con él en Estudiantes de Bahía Blanca cuando la actual estrella de San Antonio Spurs daba sus primeros pasos en la Liga. Pero también coincidió con Leandro en su temporada debut en Quilmes de Mar del Plata. "Compartir con mis hermanos fue bárbaro porque nos entendíamos bien. Ambos eran anotadores y yo pasador, así que podía hacerles llegar la pelota cómodamente. También ayudó a mejorar nuestra relación fuera del campo de juego, nos hizo más cercanos", recuerda el Ginóbili armador.

A propósito de Manu, Sebastián se anima a evaluar a los Spurs en su serie final ante Oklahoma: "Al equipo se lo ve muy sólido, con jugadores a gran nivel eso hace que el equipo luzca en buena forma. Será una serie muy dura con dos de los mejores equipos de la competencia. A Manu lo veo muy bien, es un jugador muy inteligente que sabe exactamente lo que el equipo necesita, por ahí no brilla en las estadísticas hoy en día, pero es un jugador principal en el andamiaje de los Spurs", remarca desde Estados Unidos.

Experiencia en España. "Nunca sentí la necesidad de irme y cuando el país tuvo la crisis del 2001, pensé que era el momento justo para jugar afuera", dice Sebastián Ginóbili acerca de su paso por el Lobos Cantabria de la segunda división del básquet español, al que arribó en la temporada 2002/03 junto a Sergio Hernández. "Estuve dos años y al ver que no podía dar el salto a la categoría superior decidí volver. La experiencia fue altamente positiva", destaca.

Su etapa en la Selección. Si bien no le quedaron cuentas pendientes, Sepo reconoce que le hubiese gustado tener un poco más de continuidad en la Mayor, en la cual debutó en el Sudamericano de Caracas en 2006. Sin embargo, no reniega: "Fue como un broche a ese sueño de querer jugar y hacerlo con amigos. Creo que en mi puesto siempre ha habido jugadores muy importantes y con grandes merecimientos para estar".

En juveniles, no obstante, Ginóbili sí pudo saborear las mieles del éxito con Argentina en el Panamericano de Rosario (1993). "Fue increíble. Representar al país, jugar de local y ganarle la final a Estados Unidos tiene un gusto inigualable", dice quien además participara del Mundial Sub 23 del '93.

Si bien actualmente está de vacaciones, disfrutando a su familia, el Sepo aún no sabe si seguirá ligado al básquet o si "le dará una manito" a Bahiense del Norte, su club natal. Pero la puerta está abierta porque reconoce que "sería lindo jugar allí, donde empezó todo".

"Que estén todos sanos". Sobre la chicharra, el bahiense deja sus impresiones sobre la Generación Dorada, que liderada por su hermano Manu tratará de traerse una nueva medalla en Londres. "Todo dependerá de cómo lleguen físicamente. Es una competencia muy difícil con todos los partidos decisivos tanto para clasificar como en los cruces. Ya demostraron que en este tipo de torneos se potencian mucho como equipo".

Por último, Sepo sabe que sera muy difícil reemplazar a esta gloriosa camada. "Ojalá tengamos a Luis Scola y a Carlos Delfino por muchos años más. Abajo no se ven jugadores del nivel de ellos, pero es cuestión de trabajar y darles una competencia cada vez mejor".

(*) Especial para 442