sábado 20 de abril del 2024

Después de Del Potro, el vacío

Hoy, con el buen momento en la Copa Davis y el protagonismo del tandilense y Nalbandian, todo brilla. Pero no se vislumbra el recambio.

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Juan Martín del Potro tenía 19 años cuando venció al francés Richard Gasquet y se coronó campeón de Stuttgart, consiguiendo el primer título de una carrera que seguiría pum para arriba. El país ganó con su aparición un top ten con aspiraciones de top five, pero en el horizonte del tenis argentino parece asomarse una meseta. Es lógico: ¿cómo encontrar la fórmula para regenerar Del Potros? La camada que le sigue al tandilense, los pibes modelo principios de los 90, viven, a la edad del número 9 del ranking mundial, la transición: y asentarse como profesionales no les resulta algo sencillo.

Acá están, estos son. Federico Delbonis es el mejor ubicado en el ranking y tiene más experiencia que el resto. Este año, llegó desde la qualy a los cuartos de final del ATP de Viña del Mar, donde venció al brasileño Bellucci, 37º del mundo. Además, compitió en los Masters 1000 de Montecarlo y Madrid. Delbo tuvo una etapa corta de junior. En 2009, ganó su primer torneo importante, el Challenger de Manerbio, Italia. En 2011, hizo semis en Stuttgart. Su vida se divide entre Argentina y Europa, ya que se entrena en Buenos Aires y en Barcelona.

Guido Pella tiene 22 y su nombre sonó en 2008, cuando en Roland Garros cruzó a la AAT. “No preparan a los juniors. No eligen bien a los entrenadores, no se preparan bien las giras y nadie se preocupa demasiado”, declaró, aunque después pidió disculpas. Ese mismo año ganó la Copa Bonfiglio, llegó a las semis del Abierto parisino para menores y fue sparring en Copa Davis cuando Mancini era el capitán. El pasaje de junior a profesional le costó. Esta temporada logró su primer título Challenger, en Salinas, Ecuador.

Facundo Bagnis tuvo apoyo de la AAT y en Buenos Aires ganó, este año, su primer partido ATP: venció a Leo Mayer. En 2011 logró su mejor posición en el ranking: 151º. Ya jugó varias qualys de Grand Slam y su condición de zurdo lo ayudó para ser citado por Tito Vázquez como sparring para la última final de la Davis ante España: era el encargado de emular a Rafa Nadal.

Agustín Velotti se destacó en Grand Slams: en 2010 ganó Roland Garros e hizo semis en el US Open. Con el trofeo de París rompió una sequía de 11 años sin campeones argentinos allí. Es uno de los proyectos de la Asociación y este es el año de su despegue en el ranking. “Lo mejor que tengo es la mentalidad”, se describió.

Facundo Argüello es el más chico de los elegidos para mostrar esta situación. En 2009 ganó la Copa Bonfiglio en Milán, y llegó a la final de Roehampton, sobre césped (repitió al año siguiente). En 2010 hizo semis en Wimbledon. Ya varias veces fue sparring de Copa Davis. La primera fue en 2009: Del Potro, Mónaco, Acasuso y Mayer lo raparon, a modo de bautismo. Tito Vázquez lo mimó: agarró una remera y se la hizo firmar por todos los integrantes del equipo.

Se dice de ellos. “Es injusto compararlos con Del Potro porque el balance va a dar negativo”, dice Gustavo Luza, que trabajó en la AAT hasta 2008. “Estos chicos hacen un desarrollo lento, pero sin pausa. Por ahí tocan el puesto 40, el 50, el 60. Y es muy importante eso”, analiza. El ex capitán de Davis considera que es clave tener jugadores en el top 100: “La cantidad nos da la posibilidad de que haya uno que sobresalga. Por eso es importante que (Juan) Mónaco y Del Potro permanezcan arriba, para darles tiempo a estos chicos”, justifica.

Tito Vázquez, actual director de Desarrollo de la AAT, aporta: “En todos los países del mundo ‘hacer’ tenistas no es una simple ecuación. El caso de Alemania después de Becker, Stich o Stefi Graff es un ejemplo de incertidumbre al igual que Estados Unidos después de Sampras, Chang, Courier y Agassi. ¿O es lo mismo Nadal que el resto de los españoles? Los individuos en el tenis aparecen y desaparecen sin saber por qué. En Argentina sucede algo parecido con la época de Gaudio, Coria, Nalbandian, Chela y el resto”.

En cuanto al futuro, Vázquez considera: “No creo que se venga una meseta. Dentro de los menores hay un potencial importante que la AAT está ayudando”. Y agrega: “La inserción al profesionalismo es difícil. Es esencial armar un buen programa anual y que el entrenador sea exigente y competente, a riesgo de perder el trabajo porque su ‘sueldo’ depende del jugador. A veces somos permisivos por el temor a perderlo y eso afecta, y está relacionado directamente con el deterioro de su evolución”.

“Uno nunca sabe cómo puede terminar un jugador normal”, sostiene Luza. Y sigue: “Gaudio era normal y ganó Roland Garros. Cañas y Chela lograron más de lo que se esperaba cuando eran chicos. Berlocq está hoy 37º en el ranking, pero hace once años que es profesional. No se sabe qué puede pasar con ellos. Cuanto menos expectativa generen, mejor. Así tendrán menos presión”.

Vázquez le da importancia a la cuestión geográfica: “Estamos muy lejos de los torneos más importantes del mundo y el efecto de la distancia, los costos y la recuperación emocional es trascendente. En el tenis se pierde mucho más de lo que se gana. Los cracks son siempre una excepción pero en este momento con la cantidad de “futures” que hay no existen razones para no creer que puedan surgir jugadores muy importantes dentro del semillero nacional”.

Afuera. En el plano internacional los que nacieron en los primeros años de los 90 tampoco logran afianzarse. El australiano Bernard Tomic, una de las promesas del mundo del tenis, tiene 19, está 27º y todavía no ganó títulos. El búlgaro Grigor Dimitrov, de 21 años, figura 72º y tampoco fue campeón, al igual que el estadounidense Ryan Harrison, de 20, 52º del escalafón. La excepción es el canadiense Milos Raonic, de 21, quien desde el pueso 21º tiene tres trofeos en su carrera.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.