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Acusados de haber provocado destrozos, despojos y lesiones por las que incluso una persona "debió ser sometida a cirugía" según un fiscal, 38 hinchas de Colón fueron detenidos tras el partido que su club perdió anoche 2-1 visitando a Cerro Porteño por la Copa Sudamericana y seguían encarcelados este miércoles en una comisaría de la capital paraguaya, donde serán procesados.
Mientras otros 400 simpatizantes sabaleros que se habían quedado en Asunción emprendían su regreso, el cónsul argentino en esa ciudad, Ricardo Roselli, dejaba en claro la situación de los capturados diciendo: "Están en una comisaría en buen estado y mañana van a declarar en una fiscalía. Podrán volver a la Argentina una vez que se resuelva el resarcimiento por los daños causados".
Respecto de cómo y cuándo se podría producir el pago de esa fianza y el retorno de los detenidos, Roselli respondió por la AM 1020 de Santa Fe que "no es tan automático" ya que "alguien se tiene que hacer cargo de lo que pasó". Si bien agregó que "en este caso habría quien lo haga", aclaró no saber qué harán los dirigentes del club santafesino: "Habría que preguntarle a ellos", dijo.
"Vamos a ver mañana qué resuelve el juez, que va a fijar el monto de los daños producidos. Lo que puedo asegurar es que son todos varones y mayores de edad, porque en algún momento se deslizó que había menores. Tienen de 19 años para arriba", precisó finalmente Roselli, quien fue contundente al indicar que el Gobierno argentino "no puede hacerse cargo del resarcimiento".
Todo terminó de estallar instantes después de conseguir su definitiva ventaja a los 25 minutos del segundo tiempo el equipo paraguayo, que venía de ganar 2-1 el partido de ida en Santa Fe y en su cancha había arrancado perdiendo anoche por un gol de Emanuel Gigliotti al minuto y medio de juego, aunque ya a los 11 había igualado a través del argentino Roberto Nanni.
Más concretamente, el partido estuvo más de 15 minutos suspendido a partir de los 31 del segundo tiempo, cuando, luego de agredirse hinchas de uno y otro club intercambiando proyectiles, la policía irrumpió en la tribuna que ocupaban los visitantes y desató una feroz represión, tirando balas de goma ante la desesperación de la gente y los propios jugadores de Colón.
Antes de que el partido se reanudara, inclusive, dos futbolistas sabaleros (el arquero Diego Pozo y el lateral Maximiliano Caire) fueron expulsados por su participación en la refriega, ya que en su intento por disuadir de su acción represiva a los policías discutieron acaloradamente e intercambiaron manotazos con ellos. Inclusive, al guardavallas se lo vio pegarle una patada a uno.
Tras los disturbios, que continuaron en las inmediaciones del estadio una vez finalizado el partido, la policía reportó un total de seis uniformados heridos y 14 personas lesionadas. Asimismo, se reportaron daños en vehículos, vidrios de ventanales y puertas rotos, jardines destrozados y el robo de varios paquetes de cerveza de un local.
Según el informe policial, a los hinchas les fueron decomisadas 16 armas blancas, unas 55 botellas de vino, 25 latas de cerveza, varios paquetes de marihuana, piedras y una mochila reportada por su dueño como robada.
"Los hinchas tomaron vino con pastillas. Estaban drogados. Rompieron el parabrisas de vehículos, patrulleras y saquearon puestos de lomiteros", manifestó a una radio de Asunción el fiscal paraguayo Christian Bernal, quien acusó formalmente a los detenidos y dijo tener "pruebas fehacientes" en su contra.
Por su parte, el jefe de Eventos Deportivos de la Policía Nacional paraguaya, comisario Baldomero Georges, dijo que los hinchas deberán declarar ante la Fiscalía al afrontar cargos "por presunta agresión, daños a terceros y patrimonial contra la sede de Cerro Porteño".
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