jueves 28 de marzo del 2024

Escapó de la guerra y juega en Boca

Bayan salió de Ghana, donde fue asesinada su familia, escondido en un barco. Lateral de la 4ª, sueña con ser "el primer negro de la Selección Argentina". Galería de fotosGalería de fotos

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En la cuarta división de Boca hay un futbolista que tiene una historia conmovedora por contar. Bayan Mahmud, de 18 años, se escapó hace más de dos años de Ghana por una guerra de tribus que ya había matado a sus padres y su hermano. Escondido en un barco llegó a Argentina y el club lo salvó.

"Yo dormía atrás de una contena (contenedor), en el piso. Porque no tenía documentos ni nada. Estuve ahí escondido un día y medio. Al final, salí. Si no, iba a morir. Y por supuesto los que me vieron son muy buena gente. Me dijeron que me quedara tranquilo, que no saliera mucho. Cuando era el tiempo de comida, me traían. Y así estuve las tres semanas que duró el viaje. Yo no sabía que estaba viniendo a Argentina. Me subí a cualquier barco, tenía que escapar de la guerra. Mis padres habían fallecido en 2005 en la guerra y sabía que era muy peligroso. Después de eso, estuve con mi hermano en una casa de orfanatos. Pero la guerra de tribus apareció otra vez en el 2010. Yo soy de la tribu Kusazi y nos venían a perseguir. Ellos se reconocen por una marca que llevan en el cuerpo. Si me veían, se iban a dar cuenta de que no tenía ninguna marca porque nosotros no nacimos en la capital. Y me podían matar o hacer algo. Por eso, quería irme. Empezamos a correr, ese lugar es medio jodido. Y no sabía qué pasaba con mi hermano. Fui a otra ciudad para entrar a un barco. Estuve como una semana. Hice amigos en ese barco, me contaron que salía al día siguiente y me ayudaron a meterme. Era muy peligroso. Yo entré ahí pero no sabía adónde iba”, le contó Mahmud al sitio oficial de Boca Juniors.

Bayan es un volante por derecha devenido en la lateral, integrante de la categoría 94 desde principios de 2011. En su llegada a Argentina, Boca lo ayudó, lo alimentó, lo metió en la pensión y le dio una mano para que pudiera radicarse en el país. Admirador de Riquelme y Hugo Ibarra, este ghanes de 18 años sueña con ser “el primer negro en jugar en la selección argentina”.

Su papá Mahmud, ex futbolista de un prestigioso club ghanés, y su mamá Fátima le dieron una educación “correcta”. Con su hermano Muntala se la pasaban de finca en finca en busca de una pelota. Así, todos los días. Por eso, tal vez, en apenas un par de pruebas en Boca se dieron cuenta de su potencial. “Cuando me bajé del barco-se acuerda Bayan- estuve tres días sin hablar. Hasta que me encontré con un par de senegaleses y nos pusimos a charlar del Mundial de Sudáfrica 2010. Ellos son muy buena gente, me llevaron a migración en un taxi. Y de ahí me mandaron a una pensión de refugiados en Flores. Después, me fui a Constitución, donde había muchos africanos. Los sábados siempre pasaba por la plaza en la que jugaban al fútbol hasta que un día me preguntaron si quería entrar. Venían perdiendo, pero pasamos a ganar todos los partidos. No sabía que estaban jugando por plata. Y me dieron $20. ¡Buenísimo, je!”, se ríe Bayan, con esos dientes blancos que ahora sí transmiten paz. “Entonces empecé a ir seguido y una persona que se llama Rubén García me vio jugando ahí y me trajo a Boca. Agarramos el form (formulario) y me tomaron la prueba. Y ese día jugué muy bien, je”.

Bayan ya es todo un porteño. Está por comenzar segundo año del colegio secundario, se destaca en inglés y en matemáticas, come asados (“riquísimo”), va seguido al cine y no tiene novia porque “ahora es todo fútbol, fútbol, fútbol”. Sin embargo, hay una costumbre que no se mancha: reza cinco veces al día. “Sin Dios, no podría estar acá. Es el que me da fuerzas para seguir”. Por Dios, dice, también localizó a su hermano Muntala. “Estuve con él hasta que me escapé. Después no supe nada más”.

-¿Y cómo lo encontraste?

-Por Facebook. Itatí Encinas, secretaria de presidencia, y una amiga de ella me ayudaron mucho. Yo no sabía si él estaba vivo o muerto. Y un día me dijeron que lo habían encontrado. El también me estaba buscando, entonces puso su número de teléfono en su información. Lo llamaron y empezamos a hablar. Fue una emoción muy grande. Después empezamos a usar el skype, a mandarnos fotos y algunos videos.

-¿Cuándo debutés en la Bombonera tu hermano tiene que estar?

-Sí, ese día morir, je, je. Estoy haciendo los trámites para que pueda venir (un silencio largo como su viaje) Es el único que tengo y si él está cerca mío, voy a estar muy contento.

-¿También sería un homenaje para tus papás?

-Sí, yo siempre rezo por ellos. Y sé que estarían orgullosos de mí.

Esta nota fue publicada por el sitio oficial de Boca Juniors. Acá se puede ver el texto completo.

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