viernes 19 de abril del 2024

Entre Messi, Saviola y Figueroa

La muerte de Sanabria invita a reflexionar sobre la otra vida del futbolista, la que muchas veces perdemos de vista. La columna de Juan Herbella.

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Héctor Arnaldo Sanabria estaba a dos días de cumplir veintiocho años y a dos meses de celebrar el décimo aniversario de su triunfal debut en la máxima categoría del fútbol argentino. Su sorpresiva muerte en el partido entre Laferrere y Lamadrid invita a reflexionar sobre la otra vida del futbolista, la que muchas veces perdemos de vista, la que dejó de salir por televisión, la del reconocimiento efímero y el posterior olvido. La vida de Héctor Arnaldo Sanabria muestra la vigencia del histórico refrán futbolero sobre la estabilidad, donde “lo difícil no es llegar sino mantenerse”.

Sanabria era un delantero rápido y escurridizo. Surgido de las inferiores de Nueva Chicago, tuvo la oportunidad de jugar en Primera A en la temporada 2003/4, aprovechando los últimos momentos de gloria del mejor ciclo de la institución de Mataderos: cuando consiguió el ascenso y disputó tres temporadas consecutivas en la elite del fútbol argentino. “Estábamos en una muy mala situación e invité a entrenar a la 4° división para que el equipo pudiera practicar lo que queríamos inculcarle. Creíamos que no nos iban a hacer fuerza y terminamos perdiendo 3 a 0 con tres goles de este chico. A partir de ahí, pasó a entrenar con nosotros y tiempo después terminó debutando en primera y haciendo un gol”, dijo Patricio Hernández, el ex entrenador de Nueva Chicago, al ser consultado para escribir esta columna, “En lo que respecta a lo humano, tengo el recuerdo de que me decían que esperaba parado en el puente de la General Paz. Él era de una familia humilde y vivía en Moreno, venía en el tren y ahí aguardaba a que lo pasara a buscar un compañero para ir al entrenamiento”. En el día de su debut, Sanabria convirtió el gol que le abrió la puerta a la goleada de su equipo (3 a 0) contra Talleres de Córdoba y, de esta forma, se transformaba en la joven promesa del club.

En mi caso, de Sanabria recuerdo sus ganas el día que nos enfrentamos, cuando ingresó en el empate (1 a 1) entre Quilmes y Nueva Chicago en el Centenario por el Clausura 2004. Me acuerdo que en una jugada me tiró la pelota larga, en la esquina que da al ingreso de la popular local, y me pasó en velocidad como si él corriera y yo estuviera trotando: terminé haciéndole falta.

Su aparición fue tan fulgurante que Pancho Ferraro, quien lo conocía desde jovencito cuando dirigió a Nueva Chicago en el 2002, lo llevó a una de las convocatorias previas del seleccionado sub 20 que posteriormente disputó el Mundial de Holanda 05 y terminó saliendo campeón de la mano de un, por entonces, desconocido Lionel Messi. Sanabria también estuvo en Perú, como sparring de la selección argentina, que perdió la final de la Copa América 2004, ante Brasil.

A partir de mediados del 2004, empezó para Sanabria un derrotero descendente que lo llevaría a bajar tres categorías en cuatro años. Nueva Chicago perdió la categoría y Sanabria también, lo que lo llevó al Nacional B con su equipo. Un par de años después, buscando la continuidad que no encontró en el verdinegro, terminó yéndose a la Primera B metropolitana: primero a Flandria y después a Dep. Merlo. Posteriormente, en el 2008, bajó a la Primera C (estuvo en Fénix y en Argentino de Merlo). A mediados del 2011, le surgió la posibilidad de probar suerte en el exterior: emigró a jugar en la liga costarricense con la Asociación Deportiva Municipal Pérez Zeledón y, desde ahí, se trasladó un poco más al norte, al Deportivo Malacateco de Guatemala.

Luego de dos años en el exterior, a mediados de 2013, retornó a la Argentina. Se incorporó a Deportivo Laferrere como un refuerzo de renombre y disputó los primeros tres partidos del campeonato (0 a 0 vs Cambaceres, 1 a 1 vs Excursionista y la derrota 3-2 frente a Luján) sin convertir goles.

A los veintinueve minutos del partido correspondiente a la 4ª fecha del torneo de Primera C entre Laferrere y Lamadrid, Héctor Arnaldo Sanabria se desplomó en un costado del campo de juego. Lo que ocurrió en esos minutos, desde el momento en que el delantero cayó hasta que la ambulancia lo retiró del campo de juego, no está claro. Se dijo que había sufrido un golpe, que había tenido convulsiones pero hasta el momento no hay precisiones. En el hospital materno infantil Teresa Luisa Germani se constató que Sanabria falleció debido a un paro cardíaco.

El encuentro fue suspendido. La página oficial de la institución confirmó la noticia cerca de las 22 horas: "Malas noticias, lamentamos comunicar que falleció Héctor Sanabria jugador del Deportivo Laferrere". El entrenador Eduardo Cáceres declaró a la noche en Radio La Red: "Nunca había tenido antecedentes, era un tipo sano. Hacemos todos los estudios y todos los controles médicos. Estas situaciones las ves lejanas, nunca pensé que nos podía pasar".

Héctor Arnaldo Sanabria cumplió el sueño de ser futbolista, pese a no haber sido popularmente conocido ni haberse convertido en tapa de los diarios. Hay una foto que inmortaliza el mejor momento de su carrera: vestido con la ropa de la selección, en la Copa América en Perú, con Figueroa de un lado y Saviola del otro. Imagino que de esa forma le gustaría ser recordado. Aquí está mi homenaje.