sábado 20 de abril del 2024

La mala costumbre de ir a la cancha cada 14 días

Se va la última fecha del torneo y con ella una realidad: no se levantó la prohibición a los hinchas visitantes para ingresar a los estadios. Cómo se manejan en el interior.

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Todo indica que el destino de los hinchas argentinos es acostumbrarse a ir a la cancha cada dos fechas, sólo cuando su equipo juega en su propio estadio. La medida que establece que en la Primera División no pueden asistir simpatizantes visitantes empezó siendo provisoria, pero parece haber llegado para quedarse.

En julio de 2013, el entonces ministro de Seguridad y Justicia de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal, y Alejandro Rodríguez, secretario de Deportes de la provincia, le presentaron al gobernador Daniel Scioli un informe con el número de efectivos destinados a garantizar la seguridad en los estadios de fútbol cada fin de semana: el promedio era de entre 7.500 y diez mil policías para los operativos de los cerca de cuarenta partidos de la AFA que se juegan por fecha en la provincia más los traslados de las hinchadas. Scioli consideró que no podía designarse tanto personal policial para el tema y con el Ministerio de Seguridad de la Nación, se implementó definitivamente la prohibición del ingreso de visitantes. En el inicio del Apertura 2013, las canchas de Primera sólo recibieron al público local.

Un año antes, en agosto de 2012, Scioli creó la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte en reemplazo del Coprosede. La Aprevide depende del secretario de Deportes de la provincia, Alejandro Rodríguez, y sus acciones son coordinadas por el secretario ejecutivo Roberto Laino. La agencia tiene como objetivo encontrar soluciones no policiales al problema de la violencia en el deporte.

Hoy, con casi dos torneos sólo con simpatizantes locales, el número de efectivos de la provincia de Buenos Aires para los espectáculos futbolísticos disminuyó. La cantidad que tanto alarmó a Scioli se redujo en un 40%.

Alejandro Rodríguez asegura que, gracias a la medida, se redujeron gastos para los clubes, que ahora no tienen que darles entradas a los barras para los partidos de visitantes ni dinero para que viajen, y también afirma que se redujo la reventa. “Otro beneficio es que los hinchas locales ya no tienen que esperar a que se retire la parcialidad contraria para salir”, sostiene Rodríguez.

La AFA no cree que la prohibición del ingreso de los visitantes sea la mejor medida para frenar la violencia, pero aclara que la decisión es de los distintos organismos de seguridad. “La AFA cumple subordinadamente las indicaciones de seguridad, no tenemos la facultad de levantar la medida”, asegura el vocero, Ernesto Cherquis Bialo. Otra de las desventajas de esta medida, según Cherquis Bialo, es que las recaudaciones por cada partido han descendido.

La secretaría de Deportes de Buenos Aires sostiene que la solución a la violencia está en tipificar los delitos de barra brava y reventa de entradas, para lo que ya presentó un proyecto de ley en la Legislatura bonaerense. Desde la AFA creen que la salida viene de la mano de la implementación del AFA Plus, un sistema de control de ingresantes en el que se viene trabajando desde 2007 y que finalmente se puso en práctica en un partido del torneo pasado, sólo como prueba.

La actualidad se ha encargado de demostrar que ninguna de las medidas prohibicionistas ya aplicadas garantiza que no haya inconvenientes con la seguridad ya que a pesar del derecho de admisión, la ausencia de visitantes, hay hechos de violencia entre facciones de las barras de un mismo club. Cherquis Bialo sostiene que ahora hay una mutación del foco del enfrentamiento, pero la violencia se mantiene.

Las otras provincias también sufren este mismo problema. En Santa Fe, quien se encarga de estos asuntos es la secretaría de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas y Espectáculos Masivos, creada por un decreto del gobernador Antonio Bonfatti. El secretario a cargo, Pablo Farías, considera que la restricción del ingreso de hinchas visitantes es necesaria porque evita que se trasladen a otros lugares geográficos los problemas de las hinchadas, pero no es la solución.

Respecto a la disminución de recaudación de los clubes de dicha provincia la cosa no ha variado. “El único club santafesino de Primera División y del Nacional B que se ve afectado es Atlético de Rafaela por ser un club con hinchada menor que la de los otros grandes de la provincia. Para Colón y Unión, la medida no representa una pérdida que modifique sus economías y respecto a los dos grandes de la ciudad de Rosario, Newell’s y Rosario Central, la medida no ha traído ningún inconveniente ya que con sus propios hinchas llenan la cancha. De hecho recaudan más, ya que no son necesarios los pulmones de seguridad que garantizan un espacio vacío en las tribunas entre la hinchada local y la visitante”, asegura Farías. En relación a los costos de operativos, sostiene que se redujo la cantidad de efectivos entre un 20 y un 30%.

En Córdoba la cuestión depende del Consejo de Seguridad Deportiva Provincial (Cosedepro), presidido desde enero de manera interina por el arquitecto Ramón Medina. “El gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota, ha manifestado públicamente su intención de que en Córdoba se juegue con hinchas visitantes, asegurando que la policía de la provincia se ha encargado de demostrar que no tiene problemas para garantizar la seguridad”, sostiene Medina. El número de efectivos destinado a los operativos en los estadios de la provincia se ha reducido en un 40% desde que se implementó la prohibición.

La medida que prohíbe el ingreso de los visitantes empezó siendo una especie de parche para frenar la violencia en las canchas, pero tal vez tenga más que ver con la falta de respuestas a uno de los reclamos más fuertes en la sociedad: la inseguridad.

El turno disponible de la Policía Bonaerense, sin contar los egresados actuales, es de 12 mil efectivos, sobre un total de 38 mil. Alejandro Granados, ministro de Seguridad bonaerense, ha manifestado que el problema de la inseguridad radica en la falta de personal policial. También sostuvo que anhelan llegar a los cien mil efectivos y que en los próximos días se debatirá el proyecto de ley de policías locales para que los municipios de más de setenta mil habitantes tengan sus propias fuerzas autónomas.

El pasado 4 de abril, Scioli declaró la emergencia en materia de seguridad pública por los próximos 12 meses. Esta medida incluye la incorporación de mil móviles policiales, la extensión a 42 municipios del Comando de Prevención Comunitaria y la designación de diez fiscalías especializadas contra el narcotráfico.

Si finalmente la ley de policías locales se aprobará, si la Policía Bonaerense llegará a la cantidad de efectivos que dice necesitar y si la emergencia declarada por el Gobernador será exitosa, son por ahora tres incógnitas que se develarán con el tiempo. Lo cierto es que habrá que esperar para saber si de eso dependerá que los hinchas puedan volver a ir a ver a sus equipos cuando no jueguen en su cancha.

Allá en Europa. En Europa es muy común que una cancha esté completa con hinchas locales, pero no porque esté prohibida la asistencia de los visitantes, sino porque no es una práctica tan común la de viajar a ver a su equipo cuando no juega en su estadio. También hay canchas donde los simpatizantes rivales comparten la tribuna, sin divisiones. En la Bundesliga, la liga alemana, un modelo admirado por varias competencias del mundo, es obligatorio reservar un 10% de la capacidad del estadio para los aficionados visitantes.

Consultado acerca de si miran al Viejo Continente para adoptar medidas, Alejandro Rodríguez, secretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires, afirma que sí estudian las soluciones europeas. “Todas ellas se dieron tras grandes tragedias en sus estadios y luego de hechos de violencia en competencias internacionales. En cuanto a las diferencias aquí lo más complejo es la organización barra brava como factor de poder para cometer delitos y no en delitos de orden individual como en Europa”, sostiene.

(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario Perfil.