viernes 29 de marzo del 2024

El hijo de la Pavota

El descuento de puntos a Colón de Santa Fe le impidió estar gozando el final del torneo, en lugar de ocuparse en la final con Rafaela. ¿Por qué se ensañaron tanto con el Sabalero?

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El “hijo de la Pavota” es un argentinismo que se aplica a quienes no son considerados ni respetados al momento de una elección. En otras latitudes, los denominarían “el cándido”, “el pavo” o incluso “el tonto” pero todos estos términos son más ofensivos y referenciales.

Se supone que un cándido no percibe su candidez como excesiva o no sufre por ella, sino probablemente buscaría modificar su postura. Por el contrario, el “hijo de la Pavota” es víctima de una circunstancia que no puede modificar, algo que le viene impuesto desde afuera: él no es el responsable, él es “el hijo de”.

Colón se prepara para la gran final del sábado, a las 14, ante Atlético de Rafaela, en el estadio “Marcelo Bielsa” de la ciudad de Rosario. El desempate por la permanencia en Primera División se disputará con el formato típico de definiciones a un partido: 90 minutos + 30 minutos suplementarios + penales, hasta encontrar un ganador. Es curioso que pese a la rivalidad existente y a la reglamentación en vigencia, el encuentro se disputará con público de ambas parcialidades. De esta forma, los hinchas sabaleros y los de la Crema, deberán recorrer de manera conjunta alrededor de 200 km por la misma ruta (R9 - Autopista Santa Fe /Rosario). Podrán desviarlos por caminos alternativos pero nada garantiza que no se crucen.

Con Colón se ensañaron, lo castigaron y lo dejaron caer. La pregunta es ¿por qué?

“Estoy ansioso, pero contento por lo que hicimos. El solo hecho de poder seguir peleando la permanencia me ilusiona”, dijo Diego Osella. El entrenador de Colón debutó en Primera División realizando una gran campaña y permitiéndole al club, que aún atraviesa una severa crisis deportiva e institucional, soñar con mantener la categoría. “Ni en mis mejores sueños me imaginé hacer esta campaña. Nos encontramos con muchos problemas, los aceptamos e intentamos resolverlos. Colón sigue siendo un club devastado. La verdad es que la sensación que tuve después del gol de Alario es de amargura, con 30 puntos y 13 fechas como punteros del torneo no nos alcanzó. Con 30 puntos un equipo debería estar clasificado a alguna copa, pero Colón debe jugar un partido definitorio para no descender. ¡Que se hagan responsables los que deben hacerse responsables de esto!, porque en la semana se habla de que Colón debería ser un poco más ofensivo o no, y todo es válido, pero no se olviden del responsable: no se olviden de Germán Lerche”.

Indudablemente, el partido entre Colón y Atlético Rafaela quedará en la historia del fútbol santafesino. Las respectivas victorias en el último partido (a Olimpo y a Arsenal) los dejaron igualados en la tabla de los promedios con 1,246 (142 puntos en 114 partidos). Pero la historia que hay por detrás de los números es el contexto que empaña el análisis y castiga duramente al hincha sabalero.

A Colón lo trataron como el "hijo de la pavota"

Hace seis meses, específicamente el lunes 18 de noviembre de 2013, Colón debía recibir a Rafaela por el Torneo Inicial. Envuelto en una crisis política y económica (con una deuda salarial de siete meses), el partido se fue postergando de viernes a sábado y de sábado a lunes con la expectativa de que apareciese una solución pero, llegado el momento y bajo la anuencia de Futbolistas Argentinos Agremiados, los jugadores no se presentaron. Supuestamente, le habían prometido que el partido se reprogramaría pero no fue así. Un mes después, el Tribunal de Disciplina le dio por ganado el encuentro a At. Rafaela por 1 a 0 pero sin castigar a Colón (como infractor): el Artículo 109 del reglamento de Transgresiones y Penas de la AFA penaliza con descuento de unidades y multa económica a quien no compareciese a un partido.

El partido perdido en los escritorios no fue el único inconveniente en esta temporada. En una situación sin precedente para el fútbol argentino, a Colón le quitaron seis puntos por solicitud de FIFA, al no cancelar una deuda contraída en 2007, con el Atlante (México), por el pase de Juan Carlos Falcón. Otros clubes como Independiente (450 millones de pesos) tienen un pasivo que cuadriplica el de Colón (120 millones de pesos) y también acumulan deudas con futbolistas, con organismos de recaudación y con clubes de distintas partes del mundo pero curiosamente, pese a ser intimados en múltiples ocasiones, jamás sufrieron un castigo con quita de puntos: siempre apareció una ayuda que les permitió seguir compitiendo en igualdad de condiciones.

A Colón, como a tantos otros clubes, lo ha fundido una gestión dirigencial paupérrima. Pero aún así, no debería estar en riesgo su permanencia en Primera. A Colón no lo ayudaron como hicieron con otros. Con Colón se ensañaron, lo castigaron y lo dejaron caer. A Colón lo trataron como al “hijo de la Pavota”. La pregunta es ¿Por qué?