"Que enfrente a Bilardo sería la única manera de que Verón no gane las elecciones por el 99% de los votos”. La voz del otro lado del teléfono, de un hombre que pasa cada tarde de su vida en el country de City Bell, denota algo más que una sentencia para lo que puede llegar en las próximas elecciones que definirán al presidente de Estudiantes. Demuestra que desde hace muchos años, muchos antes de volver a defender sus colores en 2006, Juan Sebastián Verón es el hombre más influyente que tiene el Pincha. La candidatura oficial para ocupar el puesto de mandamás del club de sus amores no hace más que confirmar que la Brujita apunta a revolucionar, aún más, la política en el fútbol argentino.
Se acabó la vieja dirigencia. Desde que presentó oficialmente sus intenciones de ser presidente, Verón dejó claro cuál es el motivo que lo impulsó: “Llegó el momento de renovar la gestión. Ya no sirve la libreta y la lapicera detrás de la oreja. Mi experiencia en distintas federaciones e instituciones, y todo lo que fui conociendo me dan ideas para implementar”. Los que lo conocen saben que va en busca de asumir un compromiso con metas mucho más exigentes que las de los actuales dirigentes.
Sobre ese tema, alguien que lo conoce mucho asegura que no es casual que Sebastián hable seguido con Pepe Sánchez, Luis Scola, Agustín Pichot o Camau Espínola para discutir nuevas formas de manejar un club. Verón está convencido de que el deporte argentino necesita nuevas generaciones de dirigentes que den un paso adelante y profesionalicen cada disciplina.
Dirigente desde siempre. Todos los que caminan el country conocen la predisposición de Verón por ayudar al club sin ventilarlo a los cuatro vientos. Recién llegado a la Lazio, en 1999, se enteró de que el club necesitaba dinero para reacondicionar las canchas en las que entrenaban y jugaban las inferiores. Un llamado telefónico suyo bastó para que la dirigencia contara con esa plata. “En 2005 estaba de vacaciones del Inter y el que era presidente de la Comisión de Hockey sobre Césped del club le dijo que faltaban treinta mil dólares para terminar las canchas. La respuesta fue certera: ‘En dos días mi papá va a tener la plata. Y no me lo tenés que devolver a mí, se lo devolvés al club en materiales para seguir construyendo el colegio’”. Ese mismo año Verón puso dinero de su bolsillo para armar un gimnasio nuevo para el plantel profesional antes de volver en 2006 y nunca puso reparos a la hora de ayudar. Como dirigente, buscará que Estudiantes viva una revolución social, más importante que lo que pase dentro de la cancha.
Bilardo y Lombardi. ¿Cómo explicar la influencia de Verón en el socio de Estudiantes? Fácil. El actual presidente, Enrique Lombardi, asumió en 2011 habiendo ganado las elecciones con el 73% de los votos. Hoy no tendría chance alguna de competir contra uno de los emblemas más importante de la historia del club. La relación de la Bruja con Lombardi arrancó bien y terminó mal, por el descontento del por entonces jugador en la toma de algunas decisiones por parte del actual mandamás del club. “Estoy decepcionado con Verón. Por lo que fue como jugador, le estoy agradecido. Pero como persona, un día te saluda y otro no”, acusó el presidente que quiere a Carlos Bilardo de su lado para competir contra el mito pincharrata. El ex director de Selecciones Nacionales quiere unir a Verón y Lombardi, algo imposible en estos días. En caso de que el Doctor acepte formar parte de la lista de Lombardi, eso haría un poco más parejo el desenlace de una elección muy desigual en la previa.
El eterno número 11 de Estudiantes tiene bien clara su postura para con Bilardo: “Hablé con él porque me andaba buscando. Él pide unidad y yo le dije que estoy abierto a escuchar y al diálogo. Lo que pretendemos es lo mejor para el club. Bilardo es Estudiantes, más allá del lado que esté. Es patrimonio del club”. Todo muy claro. Tan claro como su futuro político: “No me involucro en Estudiantes para llegar a la AFA”. Es Verón. Es decir, Estudiantes.
(*) Esta nota fue publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.
