sábado 20 de abril del 2024

Qué pasó en el vestuario de River tras caer ante Boca

Gabriel Mercado entró a los gritos: "¡Son dos cagones!". El lateral millonario se calentó con Sánchez y Teo Gutriérrez por sus expulsiones. Gallardo prometió "mucha autocrítica interna".

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La durísima y humillante caída en el Superclásico en Mendoza ante Boca Juniors por 5 a 0 marcó un quiebre en River Plate y sembró interrogantes en un vestuario en donde reinaba la paz y tranquilidad.

“¡Son cagones!¡Son dos cagones!”, entró a los gritos -según publica Diario Olé- Gabriel Mercado en el vestuario de River tras la derrota ante su clásico rival. ¿Los destinatarios? Carlos Sánchez y Teo Gutiérrez, los dos futbolistas de River que se hicieron expulsar tóntamente con el partido 3-0 abajo.

"La autocrítica será profunda", avisó antes los micrófonos el entrenador Marcelo Gallardo, dejando en evidencia su malestar por los rendimientos y las expulsiones tontas. 

En Mendoza, River incrementó sus falencias y a Gallardo nunca se lo vio tan enérgico y fuera de sí durante un partido como técnico "Millonario".

Es que sus jugadores, sus referentes, esos que lo catapultaron a la cúspide hace treinta días, no le respondieron e incluso se hicieron expulsar tontamente perjudicando a sus mismos compañeros.

El River de hoy muestra a los marcadores de punta sin eje, perdidos en el campo y con esporádicas subidas. La falta de coordinación en los centrales fue notoria en los dos Superclásicos, quedando en evidencia en la goleada 5-0 con Boca.

Tampoco le resultó al equipo la inserción del uruguayo Mayada, un refuerzo voluntarioso, que promete mucho, pero que concreta poco. A su debut en un Superclásico le agregó una expulsión por doble amarilla, lo cual genera un interrogante acerca de lo que puede darle al equipo.

¿Tendrá Gallardo la fórmula para revertir esta situación? La respuesta se conocerá con el tiempo y, por lo pronto, el viernes habrá un duro examen contra San Lorenzo por la Recopa para recuperar la imagen y empezar a levantar temperatura en un verano gris, que en apenas treinta días se transformó en invierno.