viernes 29 de marzo del 2024

El ascenso fue un paso necesario

Sobre la participación de los clubes grandes en el ascenso del amateurismo, la historia no puede esconder ni tapar nada. Todos jugaron en segunda o tercera división.

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En el fútbol argentino existen muchas leyendas, varias historias modificadas al gusto de quien la cuente y sobre todo, un manto de sentimentalismo exagerado a la hora de explicar con fundamentos cuáles han sido los orígenes de numerosos clubes populares del país. Se han cambiado narraciones, se han modificado fechas y razones de fundaciones de clubes, se miente a veces sobre los colores originales y podríamos seguir enumerando problemas que se han generado ante la ausencia de sobrevivientes de aquellos años, de testimonios orales o fílmicos de esa época inicial y de la carencia casi absoluta de documentación.

Sin embargo, los registros que muchos voluntariosos y esforzados estadígrafos e historiadores han conseguido fatigando suelas por los archivos y las hemerotecas, son exactos a la hora de ubicar a cada club en cada categoría. Al momento de hacer constar dónde y en qué división jugaron los equipos de mayor predicamento.

A partir de los sorprendentes descensos de River (2011) e Independiente (2013) y unido al retroceso de categoría de San Lorenzo (1981) y Racing (1983), se abrió el debate sobre qué había pasado con los cinco clubes más populares y poderosos en el amateurismo. Fueron conociéndose historias de los primeros años del Siglo XX y se iniciaron discusiones de hinchas sobre quién fue más grande, por qué las divisiones en dos entidades entre 1912-14 y entre 1919-26 ensombrecieron esos años.

Con los libros que homenajean los centenarios de las instituciones, se abrió un nuevo ciclo de documentación, de relatos apegados a la realidad o más fantasiosos y la gente tomó contacto con otro tipo de publicaciones. Se sabe –aunque muchos no lo consideren- que River se fundó en 1904 y no en 1901 como lo han reconocido sus propios historiadores, que la camiseta roja de Independiente no tomó el color del Nottingham Forest inglés sino del socialismo creciente en aquellos tiempos, que Racing le pidió permiso a Argentino de Quilmes para usar la casaca albiceleste a rayas verticales, que Quilmes atrasó su fecha de fundación diez años para terciar en la disputa con Gimnasia y Rosario Central sobre el club más antiguo, los dos nacimientos de Colón y de Huracán y así podríamos seguir enumerando historias ciertas y de las otras.

Sobre la participación de los clubes grandes en el ascenso del amateurismo, la historia no puede esconder ni tapar nada. Todos jugaron en segunda o tercera división. Vamos a detallarlo ahora mismo:

Racing Club: fundado en 1903, se afilió en 1905 y participó ese mismo año en Tercera División, con dos equipos. Racing A quedó segundo en su zona detrás de Alumni, y Racing B finalizó cuarto en otra sección. Se anotó para 1906 en Segunda División y allí se mantuvo hasta 1910, cuando venció en la final a Boca Juniors por 2-1. O sea: jugó un año en Tercera y cinco en Segunda.

River Plate: fundado en 1904, la historia oficial relata una fantasía, que fue creado en 1901 por la fusión de dos equipos de la Boca: Santa Rosa y La Rosales. Eso ocurrió, pero en mayo de 1904. No hay ningún registro en ningún medio escrito de la época de algún partido que haya jugado un club llamado River Plate hasta 1905, cuando tras afiliarse a la Argentine Football Association, debutó en Tercera División. Se anotó en Segunda para 1906 y allí disputó tres temporadas, ganando el ascenso a Primera a fines de 1908, tras aplastar en la final a Racing por 7-0, en la cancha de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires: un año en Tercera y tres en Segunda.

Independiente: fundado el 1ª de enero de 1905 en pleno centro porteño, la calle Esmeralda 329, aunque los muchachos que lo crearon se venían reunido desde meses anteriores. Afiliado en 1907, comienza participando directamente en Segunda División, donde no hizo buena campaña y por eso la decisión de anotarse en Tercera para jugar allí en 1908. Volvió para 1909 a la Segunda y allí se mantuvo hasta 1912, cuando resolvió desafiliarse y formar parte de una nueva entidad, la Federación Argentina de Football, junto con Atlanta, Estudiantes de La Plata, Tigre, Argentino de Quilmes, GEBA y Porteño. Jugó en Primera hasta 1915, cuando los clubes volvieron a la vieja Asociación Argentina de Fútbol, con el nombre ya castellanizado. Resumen: un año en Tercera y cuatro en Segunda.

Boca Juniors: nacido en abril de 1905, se afilió a la liga oficial en 1908 y allí se inscribió en Segunda División, donde permaneció durante cinco temporadas. Jugado el torneo de 1912, Boca ocupó el tercer puesto detrás de Ferro Carril Oeste (campeón) y Platense (segundo). Ante la deserción de los equipos que habían creado la rebelde Federación Argentina de Fútbol, la liga oficial resolvió incorporar a los participantes de la Segunda para que durante 1913 compitieran en Primera División. Así subieron, además del campeón Ferro, los clubes Platense, Boca Juniors, Estudiantil Porteño, Comercio, Olivos y Riachuelo, con el agregado de Banfield, que se había consagrado campeón de Tercera. Síntesis: Boca jugó cinco años en Segunda División.

San Lorenzo: nacido en abril de 1908, tardó unos años en sumarse a las competencias oficiales. Sin poder tener cancha propia, se afilió para jugar en tercera categoría durante 1914. Al ganar el torneo, obtuvo el derecho de enfrentar al campeón de segunda (que desde 1911 se llamaba Intermedia y en aquel 1991 fue Intermedia Extra), Honor y Patria, que lideró la segunda categoría. El 3 de enero de 1915, San Lorenzo lo venció por 3-0 y logró llegar a Primera División. O sea: un año en la tercera categoría (se llame como se llame) y ninguna participación más en aquel ascenso del amateurismo.

Es decir que entre los cinco grandes, quien se fundó último y se afilió más tarde, es quien menos jugó en aquel casi desconocido ascenso aficionado. Fue San Lorenzo, el que no tenía cancha y era local en el predio del club Martínez, en la localidad del norte del Gran Buenos Aires, tan lejana geográficamente a los afectos azulgranas. Recién a mediados de 1916 tendría su cancha, el añorado Gasómetro.

En este punto, por lo menos, las leyendas y la realidad se hacen una sola y no hay margen para la discusión. Todos jugaron en las categorías menores, todos lucharon para llegar a Primera, con recorridos parecidos y suerte diversa. Pero todos lo padecieron.