jueves 28 de marzo del 2024

Los barras ‘se adueñan’ de Ciudad Universitaria

Alumnos, profesores y autoridades denuncian que cuando hay partido, ‘Los Borrachos del Tablón’ toman el estacionamiento para sus negocios y provocan disturbios y robos. Fotos. Galería de fotosGalería de fotos

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Ciudad Universitaria ha dejado de ser uno de los campus de la UBA para convertirse en un temeroso aguantadero de barras. Ubicada a pocos metros del Estadio Monumental, cada vez que juega River durante la semana, o en la previa de algún recital, son Los Borrachos del Tablón quienes determinan las pautas de convivencia. Las líneas de colectivo abandonan sus recorridos y el ciclo lectivo se ve interrumpido ante la falta de garantías de las fuerzas públicas. Además, los empleados de limpieza que cuidan los autos a voluntad deben cederles la zona a los miembros de la barra que cobran cerca de doscientos pesos por cada vehículo estacionado.

El desembarco de la hinchada de River modifica forzosamente la rutina de una casa de estudios a la que concurren más de cincuenta mil alumnos que cursan en las facultades de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y de Ciencias Exactas y Naturales. Carolina Tabor, estudiante de diseño, asegura que cada vez que juega el equipo de Núñez los profesores suspenden las cursadas por miedo a la barra: “Estamos a la deriva. La mayoría de los docentes y alumnos prefieren quedarse en sus casas y los que nos arriesgamos a venir debemos rezar para que no nos roben. La Universidad no se hace cargo de nada, no nos da una sola respuesta”.

Por su parte, Maia Bernztein, consejera directiva de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), advierte que “la barra cuenta con el aval del Gobierno Universitario y la complicidad de la policía. En uno de los partidos de Copa Libertadores nos impidieron ingresar con los autos porque el predio estaba tomado por los micros de la barra. El problema fue que como los colectivos de línea habían levantado su funcionamiento por temor a los violentos, quedamos cautivos dentro de la sede. Cada vez que juega River sufrimos robos y abusos”.

Ante esa falta de soluciones, un centenar de alumnos se reunió el lunes 20 de abril con el fin de exigir respuestas. Repetirán la movilización, horas antes del superclásico de la semana próxima que se jugará en River.

Luis Bruno, decano de FADU, está en desacuerdo con la medida estudiantil, aunque considera que la situación alcanzó un punto límite: “Me parece valioso el espíritu de la convocatoria a abrazar Ciudad Universitaria para el próximo partido, pero es importante que nadie salga lastimado por algún incidente. Pedimos una entrevista con el ministro de Seguridad de la Nación para pedir soluciones. Esto sólo puede resolverse con un operativo policial serio y a escala con la situación”. Además, el arquitecto agregó: “Es necesario persistir en los reclamos y acciones antes que suspender una clase por un partido de fútbol. No podemos entregar nuestra actividad académica porque un grupo de vándalos toma a su antojo nuestras playas”.

Mayra Belén Cantero, una de las organizadoras del abrazo simbólico, sostiene que aunque la problemática viene de larga data, en los últimos meses se acentuó: “Ahora estamos más expuestos, por el plan de obras que apunta a rediseñar la circulación de autos particulares y transporte público tenemos que caminar por el medio del descampado entre los barras de River que nos piden plata, nos roban, nos rompen los autos o nos gritan cosas”.

Mario Boscoboinik, intendente del predio, anunció que luego de los destrozos provocados por la barra durante el partido ante San José de Oruro, se contrató a una nueva empresa de seguridad. “Son diez personas por turno que cubren el horario de 7 a 23.30. También va a haber un auto recorriendo el predio y un móvil de la Comisaría 51”.

Horas antes del encuentro ante Juan Aurich en el Monumental, aparecieron pintadas en Ciudad Universitaria que evidencian una fractura dentro de la barra. La comunidad educativa de la UBA implora que no diriman una interna a los tiros en medio de los estudiantes. El fútbol argentino se encuentra en terapia intensiva producto de la connivencia entre el poder político, las fuerzas de seguridad y los dirigentes de los clubes con las barras. Antes suspendían partidos, ahora también las clases.

Alerta por el superclásico

“El tema con los hinchas es muy conflictivo, ahora hay un enorme consenso de todos los actores de las dos facultades del predio, junto con los centros de estudiantes, profesores y autoridades para encontrarle una solución”, admiten desde el rectorado de la UBA.

De cara al próximo River-Boca, que se jugará el próximo jueves en Núñez, crearon una especie de “comité de emergencia” entre autoridades y gente de la universidad, para armar un plan de emergencia junto con la Federal. “No es contra River, pero un centro de estudios no puede ser la playa de estacionamiento de una hinchada, no podemos exponer a los estudiantes a situaciones de violencia”.

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