miércoles 24 de abril del 2024

Un camión con caja y sin frenos

A pesar de que tiene un pasivo de 600 millones de pesos, Independiente ya invirtió 36 millones en contrataciones. Y va por mas.

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La historia se repite cada vez que se abre el libro de pases. Cambian los protagonistas, los clubes y los montos, pero la discusión vuelve como un déjà vu. El dilema que enfrentan los dirigentes es que, por un lado, se someten a la necesidad y urgencia de reforzar los planteles, y por otro, padecen la frialdad de los números que reflejan deudas millonarias. Las alternativas, entonces, son dos: se conforman con lo que tienen y achican el pasivo o incorporan caras nuevas y después ven.

Independiente está pasando por uno de esos momentos. Es, después de River, el club más endeudado del fútbol argentino. Pero esta semana reforzó el plantel con cuatro jugadores y está muy cerca de sumar al quinto. Las cifras dan escalofríos: el balance del año pasado cerró con un pasivo de 575 millones de pesos y hace veinte días recibió dos embargos, uno del Cuqui Silvera y otro del Malevo Ferreyra, por casi 5 millones; sin embargo en las últimas semanas firmó compromisos por otros 36 millones. Pellegrino pide, Moyano compra, Independiente paga.

El optimismo camionero. Los dirigentes del Rojo juran, prometen y garantizan que la deuda del club no se va a incrementar. Es más: pronostican que el balance que presentarán a fin de año cerrará con menos deuda que el anterior. Calculan que el pasivo del club se achicará, peso más, peso menos, en unos cincuenta millones. Pero para eso falta. Lo concreto es que para equilibrar los números de la reciente inversión en refuerzos sólo manejan una alternativa: vender a Federico Mancuello. El capitán, que de manera sorpresiva se convirtió en goleador, figura e ídolo, tiene la llave para evitar que los números se pongan más rojos.

El martes oficializaron dos compras. Jorge Ortiz llegó de Lanús a cambio de 12 millones de pesos. Y por Hernán Pellerano, de Vélez, pagaron 9 millones por la mitad del pase. Al día siguiente, el plantel sumó dos nombres más: Jorge Pereyra Díaz, a préstamo sin cargo, y Diego Vera, de Estudiantes, por una suma cercana a los 15 millones de pesos. En estas cuatro operaciones el club se comprometió a pagar 36 millones. Y todavía falta Cristian Cebolla Rodríguez. El volante uruguayo aceptó los números del contrato que le ofrecieron los dirigentes del Rojo y sólo falta que rescinda su vínculo con el Atlético de Madrid. Este fin de semana es decisivo, y tres dirigentes viajaron ayer a Uruguay para resolver la cuestión.

Aunque resulte paradójico, el mayor conflicto que genera la posible llegada de Cebolla Rodríguez no es económico. Como el mediocampista es uruguayo, para que el Rojo lo pueda incorporar necesita desprenderse de un jugador extranjero para liberar un cupo. El candidato es el colombiano José Valencia, que la fecha pasada le convirtió un gol a Olimpo.

Otro club que estaba interesado en incorporar al Cebolla Rodríguez era San Lorenzo, pero se retiró de la puja por las excesivas cifras. Un dirigente del Ciclón reconoció que declinaron seguir negociando cuando el jugador le confió que Independiente estaba dispuesto a pagar un millón y medio de dólares por el pase más un contrato de 800 mil dólares por año.

Ante tantos pagos y compromisos, la única alternativa que tiene el club para equilibrar los números es la venta de Federico Mancuello. Si bien hubo varios clubes interesados, el que más avanzó fue el Dnipro, de Ucrania, que ya mandó una carta de intención y entre hoy y mañana enviará una oferta formal por el volante, el jugador más cotizado del plantel. De concretarse la operación, al club le quedarían unos cuatro millones de dólares. Además de la cifra, hay otro motivo que impulsaría la venta: el jugador quiere irse.

Billeteras. Los fondos que se destinan para incorporar jugadores no tienen un único origen. Hay esponsors que adelantaron los pagos:

Puma, por ejemplo, ya giró los cheques por los próximos tres años. Algo parecido ocurrió con Oca y Banco Ciudad, dos empresas que publicitan en la camiseta. Y hay dirigentes, también, que estarían dispuestos a colaborar.

En la sede de la avenida Mitre tratan de evitar los nombres propios, pero por lo bajo se menciona al secretario deportivo Jorge Damiani, un empresario vinculado al sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, y por supuesto al presidente Hugo Moyano.

Es evidente que en Independiente no importa demasiado el dueño de la billetera ni los pasivos que crecen año a año. La premisa tiene sello moyanista: ahí donde hay una necesidad, hay un refuerzo.

Con dos cambios. Sin refuerzos y con dos variantes. Así visitará mañana Independiente a Temperley. El técnico Mauricio Pellegrino confirmó ayer que el mediocampista Franco Bellocq se moverá en el lugar del suspendido Jesús Méndez, mientras que Claudio Aquino sustituirá al colombiano José Valencia, en una modificación de índole táctico.

El resto serán los mismos que vienen de ganarle por 3-1 a Olimpo de Bahía Blanca en el estadio Libertadores de América de Avellaneda. Como no arribó la conformidad de los amparos presentados por los refuerzos, ninguno de los cuatro podrán ser tenidos en cuenta esta fecha por Pellegrino. Por eso, Jorge Ortiz, Hernán Pellerano, Jorge Pereyra Díaz y Diego Vera deberán esperar hasta la semana entrante para debutar en el Rojo.

(*) Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil