jueves 25 de abril del 2024

Trauma y estilo, entre W.W. Ellis y “Los Pumas”

Argentina e Irlanda se verán nuevamente las caras en un Mundial de Rugby. El torneo entra en la fase definitoria dejando un sinfín de sensaciones y un tendal de competidores heridos.

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Entre la tempranera eliminación del local y la cantidad de partidos cautivantes, “Inglaterra 2015” no pasará a la historia como una Copa del Mundo cualquiera. La mayor dinámica de juego y las nuevas implementaciones tecnológicas (tanto para corroborar un trie, para analizar una jugada desapercibida o para aplicar una sanción) contribuyeron para el espectáculo, mientras que la subjetividad en las sanciones disciplinarias y la gran cantidad de lesionados (veintidós jugadores abandonaron la competencia) han sido los principales inconvenientes.

Desde aquella solitaria y legendaria corrida de William Webb Ellis, en el medio de un partido de fútbol y agarrando la pelota con la mano, el rugby se escindió para convertirse en un deporte de colisión. La diferencia entre “colisión” y “contacto” (comúnmente mencionado), es la posibilidad de embestir (dentro de ciertos parámetros) con vehemencia al rival. El paso del tiempo y la evolución lógica del deporte, hace que hoy se juegue un rugby más rápido y más fuerte que en los primeros tiempos. La mayor cantidad de lesionados es una consecuencia esperada, aplicando las leyes de la física (que a más peso y más velocidad, es mayor la fuerza de impacto). La Copa del Mundo ha cumplido con ese razonamiento y muchos estiman que de seguir así, en las próximas contiendas, el campeón no será el que tenga los quince mejores, sino el que tenga mayor recambio.

Curiosamente, para el presidente de la Unión Internacional de Rugby Brett Gosper: “El número de lesionados en la Copa del Mundo no está fuera de la norma. Las tasas de lesiones en la elite se han mantenido constantes desde 2002 y todavía es demasiado pronto para hacer comparaciones entre esta competencia y las anteriores, ya que habitualmente hay fluctuaciones durante un evento”. Al momento, comparado con el registro anterior, ya es un hecho fáctico: 19 deportistas abandonaron la competencia en “Nueva Zelanda 2011”, ahora ya van 22.

La derrota de Inglaterra con Gales y la victoria de Irlanda sobre Francia fueron partidos particularmente traumáticos. Los vencedores son los equipos más afectados por las lesiones en el torneo. Gales enfrentará a Sudáfrica en cuartos de final y su entrenador (Warren Gatland) debe armar un rompecabezas por la cantidad de marginados: el full-back Leigh Halfpenny y el medio scrum Rhys Webb se lesionaron en la previa (amistoso contra Italia); Cory Allen, Hallam Amos, Scott Williams Hallan Amos y Liam Williams completaron la lista durante la competencia. En la actualidad, de la lista original pre-competencia, hay diez jugadores desafectados.

A Irlanda, en menor medida, le ocurre algo similar. Enfrentará a Los Pumas con varios ausentes: el centro Jared Payne tiene una fractura metatarsal y los alas Peter O'Mahony (lesión ligamentaria de rodilla) y Sean O'Brien (suspendido por agresión). En las últimas horas también quedó descartado el apertura Jonathan Sexton por un problema en los aductores y tampoco estará el segunda línea, Paul O'Connell, quien había anunciado su retiro al finalizar la Copa del Mundo.

De los restantes cuartofinalistas, Sudáfrica sólo perdió a uno: su capitán, Jean de Villiers, que se rompió la mandíbula y se retiró de la actividad. Australia no contará con el segunda línea Will Skelton y el octavo Wycliff Palu. Su rival, Escocia extrañará al gigante Gilchrist y a Stuart McInally. Francia, se quedó sin el fullback Yoann Huget, y enfrentará a Nueva Zelanda, que le dijo adiós al histórico Tony Woodcock.

Brian O'Leary, jefe médico del equipo inglés de rugby XV London Irish, se preguntó: ¿Por qué Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica han tenido menos lesiones que Gales, Inglaterra e Irlanda? Analizando partidos y acciones, esgrimió como teoría que los jugadores del hemisferio norte buscan el contacto con mucha mayor frecuencia, mientras que los jugadores del sur muestran una mayor tendencia al pase y a seleccionar con otro criterio, el momento adecuado para ir en búsqueda del oponente. El juego de los sureños tiende a ser más dinámico y el de los europeos más friccionado.

Hace un par de días se desarrolló en Londres, la séptima edición del “World Rugby Medical Commission Conference”. El trauma cráneoencefálico y el retorno competitivo fue uno de los temas destacados. Otro punto importante en debate ha sido la cantidad de partidos y de descanso entre partidos, que deben tener los deportistas. Comparado con el “fútbol americano”, otro deporte de colisión, el rugbier llega a duplicar la cantidad de encuentros disputados por año. Probablemente, este sea uno de los factores preponderantes al momento de pensar en la epidemia de lesiones de la Copa del Mundo.

Hoy en día, en el bunker argentino, las preocupaciones son otras. Para Hourcade y sus muchachos, que Irlanda llegue diezmada termina siendo una ventaja competitiva. El domingo será una interesante oportunidad para apreciar el cambio de patrón de juego (menor fricción y mayor dinamismo) de los últimos años. Un total de 179 puntos anotados (el mejor registro, incluso por encima de los All Blacks) y 22 tries, en los cuatro partidos de fase de grupo, lo ubica como uno de los equipos más ofensivos del torneo. Al igual que el 2007, Los Pumas deberán vencer a Irlanda para cumplir el sueño de jugar los siete partidos del Mundial. Si lo hacen, seguramente, será con otro estilo.