De alguna manera esta jugada cambio el partido. Porque hasta ese momento, el trámite del juego era ampliamente favorable a Huracán ante un desconocido River, que parecía no poder reaccionar del gol tempranero que empezó a inclinar la balanza desde los dos minutos.
Por su velocidad y atrevimiento (y los espacios que dejaba un River necesitado) Cristian Espinoza era el jugador más desequilibrante de la cancha. Pero a los 10 minutos, un pisotón de Leonardo Ponzio lo sacó del partido rengueando y llorando para preocupación de todos los "quemeros".
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El jugador de River ya estaba amonestado y se salvó de la expulsión. Ahora habrá que esperar cómo evoluciona el atacante de Huracán para saber si podrá ser de la partida en la primera final ante Independiente Santa Fe de Colombia. Sin dudas, Eduardo Domínhuez y sus compañeros lo necesitan.