jueves 18 de abril del 2024

No se pueden relajar ni en un torneo XXL

De los treinta técnicos que arrancaron esta temporada, sólo ocho permanecen en los mismos clubes. La locura y la tensión no aflojan.

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El fin del torneo de treinta equipos derribó un mito instalado desde hace años: aquel que aseguraba que los campeonatos cortos eran una picadora de técnicos. Los números, ahora, muestran una realidad muy distinta a la que se suponía: apenas ocho de los treinta entrenadores que empezaron el ciclo en febrero seguirán en su cargo a partir de la próxima temporada.

El campeonato XXL no logró terminar con la histeria, aunque sí logró dosificarla. Muchos DTs se fueron bajo una catarata de insultos y críticas, pero otros cumplieron sus contratos y anunciaron un decoroso final, incluso luego de las liguillas. Los ocho técnicos que se mantienen pueden reducirse a siete si Daniel Angelici pierde mañana las elecciones en Boca. Rodolfo Arruabarrena ya anunció que, en el caso de que eso sucediera, él renunciaría.

Además del Vasco, los que resisten en los bancos de suplentes son Marcelo Gallardo (River), Eduardo Coudet (Rosario Central), Ricardo Zielinski (Belgrano), Pedro Troglio (Gimnasia), Leonardo Madelón (Unión), Fernando Quiroz (Aldosivi) y Sergio Lippi (Sarmiento de Junín). Las buenas campañas y la concreción de los objetivos trazados a principios de año –sobre todo en los casos de Sarmiento, Aldosivi y Unión, que se salvaron holgadamente del descenso– permitieron concretar continuidades.

La novedad es que el esquema del torneo intensificó un hábito: el de las salidas consensuadas. Hubo ocho casos de técnicos que arrancaron y terminaron la temporada, pero que comunicaron que no seguirán en sus respectivos clubes. Edgardo Bauza, en San Lorenzo, y Diego Cocca, en Racing, inauguraron la tendencia casi al unísono el mismo día; más tarde se les sumaron Miguel Angel Russo (Vélez), Gustavo Alfaro (Tigre), Néstor Gorosito (Argentinos), Guillermo Barros Schelotto (Lanús), Ricardo Rezza (Temperley) y Carlos Mayor (San Martín de San Juan). Si bien cada situación tuvo sus particularidades, hay dos grandes razones que explican el final de sus períodos al frente de los equipos. Una es el desgaste acumulado y cierta tensión con los dirigentes/jugadores/hinchas; la otra tiene que ver con los proyectos personales. Bauza, ganador de la Copa Libertadores, tuvo algunos roces con la comisión directiva, y más de una vez fue cuestionado por la elección de sus planteos tácticos. Russo, mimado en Vélez, tuvo que lidiar con una realidad que le resultó incontrolable: un sinfín de pibes que no le obedecían –algo que hasta el capitán, Fabián Cubero, reconoció como un problema– y que nunca pudieron ensamblarse. Vélez, insólitamente para sus últimas dos décadas, terminó en el puesto 27.

La novedad es que el esquema del torneo intensificó un hábito: el de las salidas consensuadas.

Gorosito y Alfaro se encontraron en la misma situación, aunque con matices. El DT de Argentinos, que terminó en la vigésima posición, disfrazó su salida por cuestiones políticas, debido a que en el club de La Paternal habrá elecciones. “Nuestro contrato se vence el 31 de diciembre y, como se va la comisión que nos trajo, creemos que sería bueno que la que venga elija un cuerpo técnico a su gusto”, argumentó Pipo. En el otro extremo se ubican Cocca y Rezza, técnicos indiscutidos por los hinchas pero que decidieron priorizar otros rumbos: Cocca subrayó que quiere “nuevos caminos”, y Rezza, luego de dejar a Temperley en la A, se convirtió en el nuevo director deportivo de Sporting de Gijón, de España.

La histeria que supuestamente venía a curar el torneo largo se transformó sólo en un deseo sin sustento si se observa lo que pasó en clubes como Colón, Defensa y Justicia o Arsenal. Por el banco de los santafesinos pasaron Reinaldo Merlo, Javier López y Darío Franco; y en Florencio Varela desfilaron el mismo Franco, José Flores y Daniel Holan. En Sarandí, que desde que murió Julio Grondona vive un duelo deportivo, sufrieron Martín Palermo y Ricardo Caruso Lombardi, quien llegó sin fichas hasta el final e inmediatamente anunció que no seguirá.

Independiente y Estudiantes, que redondearon un buen torneo, también padecieron temblores. Pero el torneo largo, en ese sentido, alimenta un olvido selectivo: a esta altura del año, pocos se acuerdan de que Jorge Almirón voló por los aires de Avellaneda.

El que cambia último

Godoy Cruz, como muchos otros clubes, sufrió del mal de técnicos durante casi todo el torneo largo: lo inició con Daniel Oldrá, el histórico coordinador de las divisiones inferiores. Luego, asumió Gabriel Heinze, que no pudo ni sentarse en el banco de suplentes –la AFA no se lo permitió por no contar con el título oficial de DT– y tras nueve fechas renunció. Entonces tuvo que volver Oldrá, como siempre que hay que apagar incendios, para terminar el campeonato.

Ayer, Sebastián Méndez firmó contrato con el club mendocino, que lo presentará oficialmente hoy. “Estamos trabajando en el tema de los refuerzos, donde no hay que fallar, hay muchos jóvenes con futuro, pero se necesitan jugadores de experiencia para acompañar este proceso”, adelantó el Gallego, quien dirigió anteriormente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.