El Papa Francisco recibió en una audiencia a los jugadores de la Juventus y Milan, con motivo de la previa de la final de la Copa Italia, que se jugará mañana por la noche en el Estadio Olímpico de Roma, y los motivó a ser "campeones en el deporte, pero sobre todo campeones en la vida".
Además, los dirigentes de la Liga Nacional y profesionales de primera división estuvieron presentes en dicha audiencia, encabezados por su presidente Maurizio Beretta.
"Su presencia me ofrece la oportunidad de expresar mi aprecio por las dotes profesionales y las bellas tradiciones que caracterizan a sus sociedades deportivas y al ambiente del fútbol en general", expresó Francisco.
"Pienso en tantos hinchas, especialmente jóvenes, que los siguen con simpatía. Ustedes llaman la atención de estas personas, que los admiran y por ello son llamados a comportarse de modo que siempre puedan percibir en ustedes las cualidades humanas de atletas comprometidos a testimoniar los auténticos valores del deporte", agregó.
"El éxito de un equipo es el resultado de una multiplicidad de virtudes humanas: la armonía, la lealtad, la capacidad de amistad y de diálogo, la solidaridad; se trata de los valores espirituales que se convierten en valores deportivos", destacó Bergoglio.
"Ejerciendo estas cualidades morales, ustedes pueden hacer resaltar más aún la verdadera finalidad del mundo del deporte, marcado a veces también por fenómenos negativos", argumentó.
"Se trata simplemente de demostrar que cada uno de ustedes, antes de ser un futbolistas, es una persona, con sus límites y sus virtudes, pero sobre todo con la propia conciencia, que espera esté siempre iluminada también por la relación con Dios. Qué nunca falta entre ustedes el gusto de la fraternidad, el respeto recíproco, la comprensión y también el perdón".
"Hagan de modo que el hombre siempre esté en armonía con el atleta. Sean campeones del deporte, pero sobre todo campeones de la vida", concluyó el sumo pontífice.
Por su parte, Beretta indicó que "el fútbol va más allá de las distinciones de raza, religión y cultura", y por eso puede ser considerado "un gran alfabeto común", capaz de promover los valores de respeto al otro o de la lealtad.
Fuente: Ansalatina
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