miércoles 24 de abril del 2024

Messi, Messi, Messi

Argentina venció 5-0 a Panamá y se clasificó a cuartos, Pero lo mejor es que volvió el rosarino, que jugó 29 minutos y anotó tres goles. Se lesionó Di María.

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Volvió Messi. Y en 29 minutos, con él en cancha, a la Argentina se le hizo todo más fácil. El rosarino convirtió tres goles contra Panamá, y transformó lo que al principio era un partido reñido en una goleada sin atenuantes. El Soldier Field de Chicago le rindió tributo y una ovación unánime, y los argentinos agradecieron su regreso. El resultado, que decoró Sergio Agüero, lo empezó a construir, en el arranque del encuentro, Nicolás Otamendi.

El gol rápido fue un alivio, es cierto. Porque lo que vendría después, al menos en los 45 minutos iniciales, a pesar del prejuicio que existía con los panameños, no fue tan fácil como se esperaba. Argentina tuvo mucho la pelota, pero nunca pudo inquietar ni acercarse al arco que defendía Jaime Penedo. Por eso, el cabezazo de Otamendi ayudó a calmar ansiedades. El defensor cabeceó un centro que lanzó Di María, esos que lastiman a cualquier defensa, y puso en ventaja rápido al equipo de Gerardo Martino.

Luego de eso, quizás aliviados –y también obligados– por tener que ir a buscar el empate, los panameños sorprendieron. Presionaron bien arriba, nunca dejaron salir por abajo a la Selección, y la consecuencia fue previsible: Mercado, Otamendi, Rojo y compañía, ante el agobio, debieron sortear la pelota con pases largos, por arriba, que por lo general terminaban en la nada.

Pero hubo un punto de inflexión, y fue la expulsión de Aníbal Godoy, que salió por un insólito manotazo y vio la segunda amarilla. Los panameños, aplicados en la táctica, fueron infantiles en todo lo otro: en esas jugadas que por lo general pasan inadvertidas, y que se evidenciaron en esa roja y en el segundo gol, que llegó en el segundo tiempo (y luego de que en el final de la primera parte, Di María saliera lesionado).

En el complemento, la diferencia de nivel entre uno y otro fue más notoria. Primero, porque la asimetría numérica se sintió; y segundo porque la sola entrada de Messi le dio un salto de calidad al equipo nacional. El rosarino entró y rompió todos los esquemas: tres goles con métodos diversos. Quedó claro: con él en cancha, todo es más fácil.