viernes 19 de abril del 2024

La pasión olímpica de Gonzalo Bonadeo hecha libro

El periodista, que cubrirá su sexto Juego en Río 2016, repasa con breves relatos las grandes proezas y las historias más sorprendentes de la gran cita del deporte. Galería de fotosGalería de fotos

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La imagen de Gonzalo Bonadeo invade las calles de la ciudad de Buenos Aires ya sea por el lanzamiento de su libro Pasión Olímpica o por el anuncio de TyC Sports del inicio de Río 2016. A partir del viernes será su voz la que nos acompañe para explicarnos durante maratónicas jornadas muchos deportes que la gran mayoría sólo vemos cada cuatro años. Pero la relación del periodista con el olimpismo no empieza ni termina con estos Juegos, ni siquiera con Atlanta 1996, los primeros que cubrió para la misma señal de cable “en condiciones muy precarias” como él mismo recuerda.

Bonadeo admite que nunca fantaseó con escribir un libro sobre los Juegos Olímpicos hasta que Diego Peluffo y Ana Laura Caruso le acercaron la propuesta. Pero alguna vez sí soñó con formar parte de la delegación argentina. “He competido en torneos intercolegiales de lanzamiento de disco, de bala y de jabalina pésimamente. He jugado al voley, al tenis de mesa, al ajedrez, al rugby y al fútbol. He hecho de todo, quizá no tan mal pero sin constancia”, le cuenta el periodista a 442 desde su hotel de Río de Janeiro y amplía: “Yo soñé que jugaba con Los Pumas un Juego Olímpico. Dos cosas que no van a pasar nunca: Los Pumas de 15 nunca van a jugar un Juego Olímpico y yo nunca voy a jugar en Los Pumas”, reflexiona entre risas.

La pasión olímpica de Bonadeo se remonta a su infancia y tiene una fuerte herencia familiar, cuando desde muy pequeño aprendió a leer hojeando El Gráfico y unos libritos con la programación de cada deporte de México 1968 que le había traído su padre, Diego Bonadeo, enviado especial de Canal 7. Con tan sólo cinco años, le quedó marcado a fuego su primer recuerdo del olimpismo.

En su libro repasa las historias más sorprendentes y los secretos mejor guardados de la historia de la cita más importante del deporte. “Me propusieron escribir sobre 'mis Juegos', no sabían que tenía una historia previa a eso. Les comenté y les gustó. El compromiso era que sean historias cortas”. Y así resultó: en dos o tres páginas el periodista resume las grandes proezas, las curiosidades y las eternas leyendas desde los primeros Juegos de los que hay muy poco registro hasta sus experiencias personales de los últimos 20 años.

Ese niño hoy es un periodista de larga trayectoria a punto de cubrir su sexto Juego y su nombre es sinónimo de las Olimpiadas. Javier Mascherano lo describe en el prólogo del libro como “El señor olímpico” y él se hace cargo de la etiqueta aunque no termine de cerrarle: “Que la gente me identifique me da mucho orgullo, aunque también un poco de mala espina porque nada es eterno y estoy a poquitos días de empezar un desafío que por más que haya salido bien siempre, es bravo. Cuando estoy por arrancar un Juego Olímpico no sé si voy a estar en condiciones de bancarme otra vez 16 o 17 horas por día al aire”.

Unos minutos después, casi sin darse cuenta se desdice a sí mismo y asegura: “Me gusta ver lo que estoy transmitiendo, no me puedo aburrir”. Y además enaltece a sus compañeros, con quienes viene compartiendo equipo desde los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011: “Entendemos cómo se cubre un Juego Olímpico, sabemos cuando hay que universalizarlo y cuando hay que argentinizarlo. La gente puede tener muchos televisores en su casa pero mira uno solo. Que se queden tranquilos que nosotros le hacemos el zapping”.

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