viernes 29 de marzo del 2024

Paula Pareto: "Fue más perfecto de lo que lo soñé"

La campeona olímpica le contó a 442 sus sensaciones tras haberse quedado con un oro histórico. Su vida fuera del tatami y qué cosas cambió con el título.

442

Llegó a la zona internacional de la Villa Olímpica y las miradas no eran las mismas que cuando llegó hace más de diez días. Ahora no solo los que están vestidos con su mismo uniforme la miran para saludarla. Su timidez no entra en esas zapatillas talle 35 que le quedan grandes porque no hay las 34 de su talle. Tampoco entran en sus 150 centímetros la determinación que mostró para lograr la histórica medalla de oro en judo. Paula Pareto se sentó y habló con 442 para contar, un poco más tranquila, las sensaciones que le dejó su histórica proeza.

-Se habla mucho de las condiciones atléticas pero poco de las psicológicas. Vos, después del bronce en Beijing, fuiste una fija para repetir en Londres (se quedó a una victoria) y ahora llegaste a Río con la misma obligación y lo lograste ¿Cuánto influyó la cabeza en tu consagración?

-Más allá de lo que la gente pueda decir, o la de que el favoritismo previo pueda influir, yo tengo bien claro que todos los torneos arrancan desde cero y hay que ganarle a todos. Es la realidad y yo la tengo bien clara. Más allá de lo que se hable antes, lo mío siempre está re claro. La cabeza es todo. En los deportes que son individuales, aunque para mi no lo son porque hay un equipo atrás, el equipo influye en lo que uno hace pero la cabeza del atleta es el que define. Para eso tiene que estar bien fuerte de arriba. Es hasta más importante que lo físico a la hora de combatir. Yo he tenido competencias en las que físicamente no podía levantar el brazo y las terminé ganando. Lo mental tapa a lo otro.

-¿Cómo te sentiste el sábado ni bien te levantaste? ¿Sentiste algo especial?

-La noche anterior al momento de combatir el estrés hizo que tuviera fiebre. Pero me levante mejor de lo que esperaba, intentando focalizarme en estar bien justamente para cada lucha. El judo es una disciplina de detalles y cualquier desatención te puede costar carísima.

El equipo hace que hasta cuando no pudo contar con el apoyo de su entrenadora Laura Martinel en el debut tuvo a alguien que la ayudará. “En Baires tengo dos entrenadores, viajo con Laura pero Tiran, que es el otro entrenador consiguió entrada para la primera fila al lado del tatami. Le dije a Laura, “vos no estabas en la primera pelea –por un problema de reglamento con el judomi, la vestimenta de Pareto-, pero estaba él que me gritó toda la pelea”. Porque el entrenador que está sentado con vos no puede dirigir más que cuando el árbitro grita ‘Maté’. Hasta eso estuvo bueno”.

La Peque también habló de su psicológo: “Gustavo, me vino a visitar dos días antes de la competencia para hablar de lo que el vio que debíamos. Creo que cada uno hizo su trabajo de la mejor manera. Y no me quiero olvidar de Ori (sparring) que vino conmigo y de todos los chicos a los que les rompo todos los días en el CeNARD porque me prestan su cuerpo. Hay muchísima gente invisible que hizo posible esto. Por eso hablo de gran equipo, porque fueron muchos”.

-¿Por qué en un día tan crucial tu tranquilidad se notaba a distancia?

-Fue clave tomarlo como una competencia más. No digo un día más porque el día en que competís es especial pero no quería centrarme en que jugaba en unos Juegos Olímpicos. Está bueno sentir un poco de adrenalina porque es lo que te da un poco de concentración extra. ¿Por qué digo que lo tomé como a torneo más? Porque estaban todas las rivales con las que compito todo el año, las conozco a todas. Sabía que podía ganar.

-¿Qué Peque se viene después e llegar al tope olímpico?

-La idea post Río siempre fue meterle a la especialización de mi carrera (traumatología) porque el tema deportivo viene muy tranquilo. Lo que pasa es que la gente piensa que yo voy a dejar el judo para dedicarme exclusivamente a la otra y no es así. Yo nunca dejé de hacer una cosa por la otra, si es cierto, que le presté más atención a una por sobre la otra. Ahora vamos a variar los porcentajes, es el momento de prestarle atención a lo médico.

-Ya sos doctora y medalla de oro olímpica. ¿Qué te conmovió más?

-Son cosas diferentes pero seguro que la medalla dorada. Porque uno compite y va a dar lo mejor, pero del otro lado hay otro que quiere lo mismo que vos. Cuando estudias depende todo de vos.

-¿Y en lo deportivo?

-Descansaré un tiempo. Disfrutaré, para volver con más ganas a entrenar.

-¿Tenés la dimensión de lo que se vive con tu oro en Argentina?

-No. Porque no volví y la mayoría de mis amigos y mi familia están acá. Cuando llegue allá voy a tomar en vivo la dimensión de lo que se vivió con mi medalla allá. Por ahora no caigo.

-Y en la Villa ya te miran con otros ojos los deportistas…

-La verdad que dentro de la Villa hay mucha gente que le gusta el deporte y entonces te conoce. Más por toda esta revolución que hubo porque la mía fue la primera medalla latinoamericana hubo mucha repercusión. Pasa que muchos deportistas te pidan fotos.

El teléfono de la judoca no para de sonar desde su consagración. La mujer más requerida de la Argentina recibió saludos de todos y dice cuales la sorprendieron más: “Los saludos de Messi y Mascherano. Los chicos del básquet, del tenis, que pusieron muy alta la vara de la sorpresa. Me llamó hasta el presidente Macri, así que imagínate. A esta altura estas pasada de sorpresas y ya no sé que puede seguir sorprendiéndome, que sea la primera mujer argentina medalla de oro también es hermoso. No hay cosa que no me ponga feliz porque es el fruto del esfuerzo durante años.”

-¿Y la medalla donde está?

-La medalla la tiene mi mamá, como todas mis medallas. Ella me las retiene. Es un agasajo para alguien que es muy importante para mi. Tanto ella como mi papá, mis hermanos y mis amigos son los que me ayudan para que uno pueda estar como está a la hora de competir.

Con una pregunta acerca del momento de la final, Pareto vuelve con su mente al tatami 1 del sábado 6 de agosto. Acaba de sonar la chicharra y la coreana se arrodilla ante lo inevitable. Pareto es campeona olímpica. La Peque recuerda y se emociona: “Cada vez que lo pienso me quiebro. Intento tomarlo lo más normal posible, porque sabemos que no es normal. Muchísima felicidad. Fue perfecto porque fue en Brasil, pero no por la rivalidad que hay entre los países sino por la cercanía que permitió que estuviera mi familia y amigos. No te digo todo mi equipo porque algunos se quedaron allá, pero si fue un sueño, que estuviesen ellos lo hizo más perfecto. Lo hubiese elegido así”.

-Si en 30 años preguntan Paula Pareto fue… ¿qué te gustaría que digan?

-Una judoca que logró darle una medalla a su país para el deporte de su país. Y como persona como una que intenta hacer feliz a los que los rodean.

(*) Enviado especial en Río de Janeiro.