La joven pareja brasileña de salto sincronizado desde diez metros llegaba con muchas expectativas a los Juegos Olímpicos tras la medalla plateada conseguida en los Panamericanos de Toronto del año pasado pero nada resultó según lo deseado.
Ingrid De Oliveira y Giovanna Pedrosa llegaron peleadas al día de la competencia y eso se hizo evidente a la hora de saltar donde de sincronización hubo poco y nada. "La pelea comenzó en el entrenamiento, porque yo quería hacer un salto y ella quería otro. Hablé con mi entrenador y decidimos que luego de Río me enfocaría en saltos individuales. Es bueno, porque no deberé depender de nadie", contó una de las atletas.
La versión que corre por los pasillos de la Villa Olímpica (y a esta altura también fuera de ella) es que la noche previa a la competencia Ingrid De Oliveira echó a su compañera de equipo y habitación para poder tener un encuentro íntimo con otro atleta brasileño, el remero Pedro Gonçalves.
Giovana Pedrosa informó de la irregularidad al Comité Olímpico Brasileño y su ahora ex compañera fue expulsada de la delegación por su acto de indisciplina.
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