jueves 28 de marzo del 2024

Liga, Bingo y polleritas

Daniel Angelici y Marcelo Tinelli van por todo: Superliga y AFA. Además, Maradona juega el papel de diplomático apadrinado por Infantino.

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“Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen; por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo". Jorge Luis Borges (1899-1986); de su cuento “El jardín de los senderos que se bifurcan” (1941).

Las manos de Gianni Infantino no tiemblan. No lo hicieron cuando uno de los cracks que lo asesoran, Marco Van Basten, propuso eliminar la ley del offside y reemplazar los penales por una carrera de 25 metros con 8 segundos para definir. Tampoco cuando decidieron desconocer la Copa Intercontinental del siglo XX. Sólo reconocerán oficialmente a los campeones del Mundial de Clubes, torneo creado en 2000, cuando Gianni le llevaba el attaché a Blatter. La línea, parece, es romper con el pasado, olvidar, pasar la página.

No le tembló el pulso a Gianni cuando nombró embajador de Leyendas de la FIFA a Maradona. Los dos estaban felices: Infantino construye poder –el Mundial con 48 países tiene un solo objetivo: votos para la reelección– mientras hace sus cálculos de rentabilidad a un paso y medio de Rusia. Tampoco sus manos se agitaron por la situación argentina. Ni antes, ni ahora.

Que Messi no juegue el Mundial sería una catástrofe para el negocio, así que para evitar una sanción, el simpático calvo nos inventó una Comisión Nosecuantodora, mojadita en el tuco de la Conmebol y a piacere del Gobierno que, virtualmente, intervino la AFA, como tantas veces se hizo durante los regímenes militares. El desempeño del engendro fue desastroso. Los castings para elegir técnicos fueron una ópera bufa.

No temblaron las delicadas manos de ejecutivo de Gianni cuando ordenó mandar a Buenos Aires los estatutos por mail, sin enviarlos para que sean discutidos por los dirigentes. Sólo quieren que haya un presidente el 30 de junio y listo. Arréglense entre ustedes, que son los que armaron este desastre.

El jueves fue un día muy loco. A la mañana, en el Savoy, Víctor Blanco se reunía con Angel Easy, el Súper Yerno Chiqui Tapia y Alejandro Nadur, de Huracán, para elaborar una estrategia. Los Tinelli’s, en otro búnker. Todos se encontraron en Casa de Gobierno para que De Andreis les hiciera tres bises de su blues: “I have no money”.

A la noche cenaron en la Costanera en un clima siempre tenso. “¡Vos no podés ser presidente de AFA!”, le gritó Nicolás Russo, de Lanús, al Súper Yerno Chiqui Tapia que, sorprendido, calló. Contraatacó Angel Easy, desafiante: “¡Claro que puede, y yo lo voy a votar!”. ¡Bingo Danyel! Como ésa, miles.

Mientras esto pasaba, Maradona, el rey que por fin tiene palacio propio y reconocimiento en Zurich –mérito del astuto Infantino–, hablaba en la tele como recién llegado de otra galaxia, algo confundido con los tiempos y la realidad.

“Hablé con Infantino y, como me conoce, me manda a ver qué halcones revolotean la AFA. Yo sé quién hizo negocios con Grondona, con Meizner. Me prometió: si siguen robando, no me va a temblar la mano, Diego: ¡les corto el fútbol!”, contaba y se asombraba a la vez. Siguió haciendo pipí a kilómetros del tarrito: “A mí no me compra nadie. Ojo: cuando se elija presidente, mi voto va a pesar muchísimo. No podemos hacerle gastar más plata a la gente. ¡El fútbol tiene que ser gratis!”.

El caso Maradona es muy curioso. Se lo ve feliz con su nuevo estatus diplomático que, sin embargo, no es ejecutivo, no decide nada. El pretende ser los ojos de Infantino. “Le voy a decir a Gianni”, “Infantino me va a dejar”, “Gianni me prometió”. Nunca habló con tanta sumisión de nadie. Pensar que hace apenas diez meses, furioso, lo llamó “el más traidor de los traidores”.

Mientras tanto, aquí, en la tierra, continuaba la guerrilla impiadosa de los sacos caros.

El grupo Liga y polleritas, liderado por Marcelo Tinelli –D’Onofrio y Medín creen que obviamente el que más sabe sobre derechos audiovisuales es él–, pretende rescindir ya, modificar el estatuto, bajar la cantidad de miembros y, finalmente, elegir un presidente. Necesitan quebrar la mayoría del ascenso.

Entre reunión y reunión, se reunieron con Fox, Turner y ESPN. Pretenden no menos de 3 mil millones de pesos al año. Más una llave de ingreso de 1.000 millones. Si las empresas –que ofrecen, pero hasta ahora no han pagado ni un café– aceptan todo esto en medio de este caos, bueh, pasamos del tetrabrik al Luigi Bosca. Es la gloria o Devoto.

El otro grupo, Bingo y 24 Ruedas, capitaneado por Angel Easy, la tiene reclara. Danyel se lleva la Liga, y el Súper Yerno, una AFA que manejará la Selección, la B Nacional y los torneos menores. Se tienen una fe ciega por una simple razón: tienen los votos. Y el apoyo de Maradona, lo que nunca se sabe si es bueno o malo. Como la FIFA se lava las manos, el reparto de la torta deberá consensuarse aquí, entre pares, los mismos que hicieron magia y empataron 38 a 38 con 75 sufragantes. Mmm…

El Gobierno sigue firme: ni un peso. Por ahora. Aunque no figure en el documento que difundió, parece que la última oferta oficial es: ustedes hacen la Liga, nosotros liberamos 530 millones. Mientras tanto los clubes se hunden y pronto estarán a merced de grupos empresarios que querrán comprarlos a dos pesos. Las SAD. El viejo anhelo de Macri aplastado por Don Julio: 38 votos a 1. Las quiere, sí o sí.

Fernando Marín, el dekonstruktor de Fútbol para Todos, está orgulloso: “Deberíamos estar contentos de que corporaciones extranjeras quieran comprar el producto, pese a su deterioro”. Siempre generosos. Army Pérez, medio en otra cosa, rescataba el hecho de que los grupos antagónicos hayan compartido la misma mesa. Y Víctor Blanco, el hombre que ríe, no cree que el torneo empiece el 12 de febrero, pero sí el 19. Aunque, la verdad, nadie sabe nada.

Para cuando se haga la Asamblea invitaré a mi gran amigo el coronel Kurtz, de Apocalypse Now, que tiene una casita en una isla del Tigre. Quiero que Brando la vea. Estoy seguro de que le va a encantar. “¡The horror!, the horror”.

(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.