La polémica final del reducido ante Comunicaciones dejó una mancha negra en la historia de Deportivo Riestra, en el lugar donde debería haber firmado su página más gloriosa, el ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino.
Con una quita de 20 puntos como sanción por el vergonzoso accionar en el partido de vuelta, el debut en la Primera B Nacional siguió con el mismo tono: trompadas, expulsados, escándalo y triunfo como visitante ante Deportivo Morón.
Con el encuentro 2-1 a favor del blanquinegro, el delantero del Gallo Matías Pardo no quiso devolver la pelota en un bote a tierra, la jugada casi termina en gol y comenzó el desastre.
Los jugadores visitantes fueron a buscarlo para pegarle, lo hicieron y tuvo que intervenir la policía para separar a los protagonistas. Para colmo, en los bancos de suplentes siguió la discusión.
En medio de insultos, empujones y manotazos, el Director Técnico local Walter Otta le pegó una piña al Preparador Físico de Riestra y a un oficial que intentaba separarlos.
Finalmente, el árbitro expulsó a Gustavo Benítez y a Rodrigo Díaz y la visita sentenció partido 3-1, para lograr su primera victoria en la categoría.