viernes 29 de marzo del 2024

Un error imperceptible, cambia una final

La definición de la Copa Sudamericana entre Independiente y Flamengo tendrá un gran ausente: Paolo Guerrero. Un doping que alteró todo.

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El miércoles a las 20.45, en un escenario de lujo como el Maracaná y con miles de hinchas acompañándolos, Ariel Holan y sus muchachos afrontarán la segunda final de la Copa Sudamericana por un lugar en la historia. En Brasil, también están expectantes porque, en menos de un mes, pueden hacer cartón lleno de títulos continentales e intercontinentales en 2017. Primero fue la Copa Libertadores para Gremio, ahora Flamengo con la final de la Copa Sudamericana y, también, está disputándose el Mundial de Clubes en Medio Oriente: donde se espera ver al tricolor gaucho venciendo al Pachuca y jugando la final ante el Real Madrid.

En Argentina, con el campeonato en receso y sin otras definiciones pendientes, la atención está puesta exclusivamente en Independiente y en la “marea roja” de hinchas que enfilarán rumbo a las playas cariocas, donde se espera que confluya una gran multitud para acompañar al Rojo en la gran final.

Lo que llegó antes a Rio de Janeiro no fue una marea, sino un pequeño grupo de cinco representantes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que se presentaron de manera sorpresiva en el predio “Ninho do Urubu” donde entrena habitualmente el Flamengo. Los controles antidoping inesperados, se han convertido en una rutina en partidos definitorios. Todos los jugadores rubronegros disponibles para el partido debieron realizar el análisis de orina previo al inicio del entrenamiento, quedando afuera los lesionados y el hombre de la historia: Paolo Guerrero.

Es curioso que en este contexto de expectación por una nueva final entre argentinos y brasileños, el gran ausente sea un peruano. Paolo Guerrero ha sido el goleador y una de las mayores figuras del Flamengo durante 2017. La sanción por doping, luego de dar positivo en el control realizado después del partido Argentina – Perú por la Eliminatorias, lo ha dejado afuera del Repechaje mundialista con la selección peruana, ahora lo deja afuera de la mencionada final con Flamengo y, probablemente también, de la Copa del Mundo “Rusia 2018”.

En estos días, Paolo estuvo entrenándose en el club a contraturno, casi sin cruzarse con sus compañeros, mientras su representante y la directiva buscan una forma de finiquitar el vínculo que continúa vigente para el 2018. El resultado adverso fue el detonante de una cascada de sucesos que conforman un escenario llamativo. En noviembre, la notificación fue enviada por partida doble a la Federación Peruana de Fútbol y al club Flamengo. Cuando se hizo pública la noticia en Perú se transformó en un escándalo de dimensiones nacionales. Desde Brasil, Paolo buscó defenderse: “No he hecho absolutamente nada. Soy inocente: tengo 16 años de carrera, me sometí a 30.000 millones de exámenes antidoping y nunca tuve absolutamente nada.” Mientras tanto, su familia salió a disparar acusaciones contra el staff médico de la selección peruana: “Los médicos se lavan las manos y eluden la responsabilidad por los medicamentos que le dieron en la previa del partido para tratar una gripe”. Enseguida llegó la respuesta del Dr. Julio Segura quien deslindó la responsabilidad institucional: “En la selección sabemos lo que es el control antidoping. Por lo tanto no usamos sustancias que produzcan doping. Es lamentable lo que pasó con Paolo, pero estoy seguro que no hubo ningún problema por parte de nosotros".

El tiempo pasó y se terminó corroborando la versión médica. La benzoilecgonina, fue el metabolito residual de la cocaína encontrado en orina. Guerrero viajó especialmente a la sede de la FIFA en Zurich, a brindar testimonio, buscando que le levanten la sanción y quedar habilitado para jugar la final. Hace unos días (7/12), luego de escuchar los alegatos y analizar las evidencias, la Comisión Disciplinaria de la FIFA decidió suspenderlo por un año. A Guerrero le quedan dos instancias de apelación para no perderse el Mundial: el Comité de Apelación de la FIFA, donde sus abogados tienen diez días para presentar un nuevo descargo y, posteriormente si se ratifica el castigo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Aunque suene inverosímil y en su afán por deslindar responsabilidades, uno de los argumentos que utilizará en su defensa es que la nutricionista de la selección peruana le recetó un té y que el recipiente habría sido objeto de contaminación cruzada. Se inicia un proceso largo que puede durar cerca de tres meses en cada una de las instancias, por lo que recién cerca de mayo, en los días previos a la presentación de la lista mundialista, Ricardo Gareca podría tener novedades.

Para ese entonces, la Copa Sudamericana 2017 ya será parte de la historia, con Guerrero como espectador de lujo en el palco y con Independiente buscando hacerle honor a la historia de “Rey de Copas”. Una gran final, donde un error cuesta muy caro. Paolo puede dar fe.