viernes 29 de marzo del 2024

Los alcances infinitos del "no matarás"

La transformación alimentaria del jugador Sebastián Pérez abrió el debate. Los veganos practicantes en el deporte.

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Se viene la final de la Supercopa Argentina, entre el campeón del torneo local y el de la Copa Argentina. Un partido que quedaría descolgado en el medio del campeonato oficial, sino fuese porque son justamente Boca y River los que dirimen el título. Un mano a mano, a final única, que quedará en la historia como el segundo de su clase. El único antecedente previo es la final del Nacional 1976.

Cómo era de esperarse, en este contexto de expectativa, el enfrentamiento acapara la atención y aspectos periféricos al juego, terminan siendo noticia. La transformación alimentaria del “vegano” Sebastián Pérez, fue uno de ellos.

Se cree que el veganismo es una corriente nueva pero desde antes del nacimiento de Jesucristo hay registros de personas que no comían carne, motivados en la promoción de la “no violencia” en el mundo. El mandamiento de “No matarás”, incluía también a los animales. Personalidades reconocidas de la historia de la humanidad han cultivado una filosofía vinculada a la alimentación exclusiva con vegetales. Desde Pitágoras (patriarca de las matemáticas) y su “dieta pitagórica” que prohibía comer carne por no entorpecer la reencarnación e Isaac Newton (descubridor de la Ley de Gravedad Universal); hasta el más grande polímata de todos los tiempos, Benjamin Franklin, y el icónico revolucionario Mahatma Gandhi.

Con el advenimiento de Internet y las redes sociales, el vegetarianismo y las demás corrientes anti-cárnicas no necesariamente aumentaron en popularidad pero si han tenido una mejor plataforma para sentar bases. La discusión entre teorías alimentarias está establecida desde hace añares y no hay forma de coronar a un ganador. En algunos lugares, la corriente del veganismo ha calado hondo; mientras que en un país como la Argentina, poseedor del récord mundial de consumo de carne (más de 100 kg/año por persona), tiende a tornarse una postura más exclusivista.

En el ámbito del deporte, son cada vez más frecuentes los casos de veganos practicantes. Sin embargo, hasta el día de la fecha, no hay literatura científica absolutamente concluyente en cuanto a su inocuidad y lo que sí está comprobado es que sostener las demandas del alto rendimiento sin ingesta de productos animales requiere un trabajo consciente y esforzado de compensación.

“A mi esposa le gusta mucho ese tipo de alimentación y forma de vida. Le avisé a los nutricionistas para que estén atentos y me den los consejos que se necesitan. Sabemos que cuesta, más en el mundo de hoy que es un poco cerrado, pero lo he sabido llevar y en el club me han apoyado. Están los que dicen que los animales están para comerlos, para mí el mundo es de todos los seres vivos. Después, las demás personas lo entendieron y me dijeron que lo importante era que me sintiera bien. Cada cuál come lo que quiere.” dijo Sebastián Pérez en una entrevista para el Diario Olé con Juan Szeinfeld y abriendo una puerta a varias discusiones. ¿El Puma se pregunta sobre el respeto a los seres vivos antes de comerse un conejo o atacar una vaca? ¿El problema para el hombre es matar a la vaca o el sufrimiento que tiene rumbo al matadero? ¿El deportista profesional, que firmó un contrato y cobra un salario para realizar una prestación máxima, puede cambiar su alimentación y pasar a comer lo que quiere a expensas de condicionar su rendimiento? Distinto sería si las pautas fueron preestablecidas. Como se verá, los condicionantes son tantos que exceden lo que permite desarrollarse en el texto.

Llegado a este punto, usted se preguntará: ¿Qué le falta a los frutos y los vegetales, que sí tienen las carnes y los lácteos, para ser considerados irremplazables en la dieta del atleta? Para el vegano, los desafíos están en: cómo proveerse de la suficiente energía (para desarrollar el trabajo) y proteínas (para hipertrofiar formando músculo), cómo adquirir ciertos minerales muy presentes en los productos animales (hierro, zinc, calcio y yodo) y cómo absorber cantidades suficientes de vitamina B12 y D, entre otras cuestiones. No es un imposible para el deportista pero requiere, como condición sine qua non, el diseño de una estrategia alimentaria eficaz y la suplementación adecuada externa. Actualmente, se considera que productos como la creatina y la β-alanina son de requerimiento casi obligatorio pero aún se requiere un mayor nivel de investigación.

”Los animales más fuertes del mundo son herbívoros: Los gorilas, los búfalos, los elefantes y yo” sentenció en contrapartida Patrik Baboumian, el “Popeye armenio”, considerado en su momento el hombre más fuerte sobre la faz de la Tierra. Hubo un tiempo donde “deportista de alto rendimiento” y “vegetariano” eran términos excluyentes y nadie se lo cuestionaba. En la actualidad, cada vez se escucha más sobre profesionales, como Sebastián Pérez, que transformaron su alimentación. Carl Lewis, “El hijo del viento”, en 1990, fue un pionero en el área y un año después rompió la marca de velocidad en 100 metros. Casos como los de Scott Jurek, uno de los mayores ultra maratonistas de la historia y la triatleta Brenda Brazier, también son reconocidos.

“Vegetarian and Omnivorous Nutrition. Comparing Physical Performance”. C. Craddock, Yasmine C. Probst y Cos, es una review reciente (2016) sobre el tema, publicada en el International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism. En la actualidad, faltan pruebas para afirmar que una dieta vegetariana permite una mejora en el rendimiento atlético. Se necesitan más ensayos, preferentemente del tipo “controlado aleatorizado” para proporcionar una evidencia más sólida y abordar en profundidad las limitaciones de excluir lo “animal”. Lo que sí está fuera de discusión es que el veganismo sin suplementación, control y monitoreo exhaustivo, es perjudicial para el rendimiento del deportista de alto rendimiento.

Se viene el final Superclásico de la Supercopa Argentina. El hincha espera ansioso. Está en juego el orgullo. Futbolísticamente, es un partido a “matar o morir”: con tensión para los involucrados y con morbo para el resto. Picada en mano, los amigos se disponen para ver una gran final. Será un festín. Veganos, en este caso, no es necesario abstenerse.