viernes 29 de marzo del 2024

Una paternidad de fin de siglo

Un repaso por la historia de uno de los clásicos más parejos del fútbol argentino. El Rojo dominó durante 70 años, pero el Xeneize repuntó.

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Desde que se enfrentaron por primera vez en la Intermedia Extra (una Primera B con otro nombre) en la temporada de 1911, Independiente y Boca le dieron vida a un choque que fue creciendo en el interés de la gente, a partir de la popularidad que ganaron los equipos, cuando les tocó enfrentarse desde 1915 en Primera División.

Durante el amateurismo el saldo fue equilibrado: cuatro triunfos para cada uno y cuatro empates. Sin embargo, Independiente construyó una clara superioridad en los cruces con Boca que lo llevó para 1960 a establecer una diferencia contundente: 34 victorias rojas contra 20 de los xeneizes. Boca ganó más títulos en ese lapso (12 contra 6) pero eso no puso en peligro la ventaja de Independiente. Durante década y media brillaron Arsenio Erico, Antonio Sastre y Vicente de la Mata, el trío más famoso de la historia del club de Avellaneda.

Justamente, Independiente le propinó en esos años a Boca la peor derrota de su historia, al aplastarlo por 7-1 el 21 de julio de 1940, en un torneo que los boquenses ganaron. Aquella goleada contó con dos goles de Sastre, dos del paraguayo Erico, uno de Leguizamón, otro de Celestino Martínez, un autogol del zaguero Ibáñez y el descuento de Jaime Sarlanga. No fue casualidad que Boca estuviera una década completa sin ganar en Avellaneda. Lo había hecho en 1931 y recién pudo repetir en 1941.

Exactamente lo inverso ocurrió en la década entre 1961 y 1970: Independiente ganó los torneos de 1963, Nacional 1967 y Metropolitano 1970, pero además se quedó con las primeras dos Copas Libertadores y estuvo a punto de ganarle al poderoso Internazionale de Milán, cayendo en el desempate jugado en cancha de Real Madrid. El primer choque copero los puso frente a frente e Independiente pudo eliminar a Boca en el Monumental para escalar hasta la final de la Libertadores, donde derrotó a Peñarol de Montevideo en tres partidos.

Fuerte y con buenos equipos, el cuadro de Avellaneda apenas pudo ganarle a Boca tres partidos sobre veinte que jugaron. La ventaja se redujo a seis clásicos y la rivalidad se acentuó. Era el grito preferido de la hinchada roja, que recalcaba siempre la paternidad histórica sobre Racing y también sobre Boca, compartiéndolo por aquellos años con San Lorenzo y con River.

Alguna vez, un veterano hincha de Independiente decía que la aparición de Ricardo Bochini sirvió para alimentar y mantener esas ventajas conseguidas en otros tiempos. Con el imprescindible Bocha, su equipo pudo volver a irse triunfador de la Bombonera donde no pudo hacerlo entre 1960 y 1971, para ganar dos veces en la década, sobresaliendo el 5-2 de 1980, con una actuación sobresaliente del puntero uruguayo Antonio Alzamendi.

Entre 1981 y la llegada del Siglo XXI, Boca fue remontando la cuesta y sacando ventajas para seguir descontando la diferencia a favor de Independiente. En esas dos décadas, Boca se llevó los puntos en nueve ocasiones desde Avellaneda, algo que le había demandado cuarenta años para conseguir lo mismo, entre 1940 y 1980. En el fin de siglo, la distancia era mínima: 60 triunfos de Independiente y 58 de Boca.

El nuevo siglo provocaría un cambio radical en el historial entre estos dos colosos del fútbol argentino. Boca crecería muchísimo en todos los planos, al punto que además de ganar once torneos locales se quedaría con cuatro Copas Libertadores y reduciría al mínimo la distancia con el Rey de Copas, que ganó su última Libertadores en 1984, siete contra seis. Con las dos victorias que obtuvo en el año 2001 en la Bombonera, Boca alcanzó a Independiente después de 70 años. Fue un 2-1 (doblete de Guillermo Barros Schelotto y descuento de Diego Forlan) y la mañana de la primera despedida de Carlos Bianchi con un espectacular 5-3 (Barijho, Schiavi, dos de Juan Román Riquelme y otro de Guillermo) los que permitieron al xeneize igualar en 60.

Después, todo tomó la tonalidad azul y oro. Boca se quedó con la primera década del nuevo siglo por siete partidos (11-3) y repite hasta ahora en la segunda con ventaja (4-1) hasta estirar la diferencia a los nueve partidos actuales (73-64) con 59 empates. En estos últimos años, el Rojo padeció el único descenso de su historia y cosechó apenas dos victorias en veinte temporadas en la Bombonera, escenario donde ganó una vez menos que River y dos que San Lorenzo, si tomamos en cuenta las anteriores canchas de Boca en el mismo barrio.

Por el contrario, Boca lleva nueve años sin perder en Avellaneda, con la salvedad de que el último partido que jugaron allí fue en 2015 y terminó empatado en un tanto, con goles de Albertengo y Burdisso, el hermano del campeón mundial juvenil. De aquel choque queda un único protagonista de hoy: Martín Benítez. El resto son otras historias, otras actualidades. Lo cierto es que el clásico tuvo padre rojo desde 1931 hasta 2001 y desde allí la patria potestad cambió de club.