miércoles 17 de abril del 2024

El único gol de Pelé en el Mundial de Chile

La estrella histórica del seleccionado brasileño le convirtió un tanto a México, pero no pudo completar la Copa a raíz de una lesión. El recuerdo.

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Fue en el debut del campeón mundial de 1958 en tierras chilenas. Le tocó México, un rival inferior, pero que había armado un cuadro combativo y áspero. Pelé tenía 21 años y llegaba como la gran figura, aunque Garrincha le pisaba los talones en popularidad.

Durante la Copa de 1962 jugaría apenas 115 minutos, producto del partido completo ante los aztecas y los primeros 25 minutos del encuentro con Checoeslovaquia. Aquel 30 de mayo no había tanto público en Sausalito, la cancha del Everton de Viña del Mar, el cuadro trasandino que mandaba en la hermosa ciudad balnearia. De hecho, fue el partido del grupo en el que se vendieron menos entradas, apenas 10484.

México se defendió bien, Brasil no tuvo ideas en aquel primer tiempo y las ilusiones del público se fueron desvaneciendo. Ni Garrincha desbordando, ni Pelé con gambeta y remates peligrosos le dieron dolores de cabeza a los mexicanos en esa etapa inicial. Sin embargo, la cosa cambió luego: Mario Lobo Zagalo abrió el resultado al conectar de palomita un centro desde la derecha a los 11 minutos del complemento y fue Pelé quien cerró el resultado con un zurdazo bajo y esquinado, después de trabar la pelota con un rival y eludir a un defensor dentro del área.

Brasil tuvo la pelota el resto del partido y todo terminó sin sobresaltos. Al día siguiente, España fue vencida por Checoeslovaquia, que le ganó 1-0 en la misma cancha. Para los españoles no pudo jugar Alfredo Di Stéfano, lesionado y tampoco lo haría en los dos partidos restantes. El 2 de junio, checos y brasileños se enfrentarían en la segunda jornada, sin ni siquiera imaginar que iban a verse las caras nuevamente en la final del mundial. Fue un tedioso empate sin goles, con dominio de los campeones mundiales, pero sin profundidad. Y con un agregado: Pelé se desgarró a los 25 minutos del primer tiempo y se despidió del mundial. Intentó apurar su regreso, pero se resintió doce días después en un entrenamiento y le puso punto final a su participación en Chile.

Su reemplazante fue Amarildo Tavares da Silveira, delantero goleador del Botafogo carioca, que apenas era un año más grande que Pelé. El tal Amarildo brilló contra España, en el partido contra la clasificación y señaló los dos goles brasileños, dando vuelta el resultado para ponerlo 2-1. Haría un único gol más, el primero después de un grueso error del arquero checo Schroiff en la final de la Copa. Su aporte alcanzó para hacer olvidar a Pelé, porque Brasil ganó su segunda Copa.

El infortunio acompañaría a Pelé, que cuatro años más tarde sería sacado de la cancha a patadas, las que sin contemplaciones ni rigor arbitral fueron aplicadas por sus rivales búlgaros y portugueses. La consigna era evitar que jugara y lo lograron. Contra Hungría no pudo actuar, justamente, por los golpes recibidos. Brasil, esta vez, se volvió rápido, eliminado en la primera ronda de Inglaterra, en 1966.