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Más allá de la alegría final, el partido no fue nada fácil para Diego Schwartzman que tuvo que remontar una desventaja de dos sets y batallar durante cuatro horas con el sudafricano Kevin Anderson para meterse por primera vez entre los ocho mejores del Grand Slam parisino.
Y cuando el juego era favorable para Anderson y Schwartzman no encontraba los golpes para lastimarlo, se produjo un curioso diálogo con la umpire. Peque estaba molesto con un hincha que no paraba de gritarle en todos los puntos y compartió su malestar con la jueza de silla. Luego de un breve ida y vuelta entre ambos, lo que que era enojo terminó en sonrisas. Y mucho más, cuando logró la remontada para conseguir una de las mejores victorias de su carrera.
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