viernes 29 de marzo del 2024

El crecimiento de la "Roca" Néstor Pitana

El misionero dará el pitazo inicial en el Mundial de Rusia. Cómo fue su rápido ascenso en el arbitraje y las palabras de Grondona que se volvieron realidad.

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Como en Argentina 1978 y en Alemania 2006, un árbitro argentino vuelve a ser uno de los protagonistas del partido inaugural de un Mundial. En este caso el encargado de dar el pitazo inicial entre Rusia y Arabia Saudita será Néstor Pitana. Nito, como le dicen en Corpus , Misiones, estará acompañado por Hernán Maidana (juega su tercer Mundial consecutivo), Juan Pablo Belatti, ambos lo acompañaron también en Brasil 2014, y Mauro Vigliano, que debuta como Árbitro Asistente del VAR.

Para entender la designación por parte de la FIFA hay que analizar a Pitana, táctica, técnica y físicamente. El misionero, que es profesor de educación física, tiene un potente despliegue dentro del campo de juego, una gran explosividad en sus piques, cambios de ritmo parecidos, en algunos casos mejores, que los jugadores a los que arbitra. Pero además de su potencia, se le valora su tipo de conducción en los partidos. “No queremos que los jugadores acosen a los árbitros, que se le vayan encima al juez. Eso no va a suceder en el primer partido porque Pitana es una roca”, dijo ayer, en una conferencia, Pierluiggi Collina, Director del Comité Arbitral de la FIFA.

En el primer partido de cada Mundial la FIFA suele designar al árbitro que ellos creen que va a mostrar el camino a seguir a los demás colegas. En Alemania 2006 fue Horacio Elizondo, en Sudáfrica 2010, el uzbeco Ravshan Irmatov (que dirige su tercera Copa consecutiva) y Yuichi Nishimura en Brasil 2104, que dirigía su segundo Mundial, pero que no tuvo el mismo rendimiento que sus antecesores al sancionar penal a favor de Brasil en una falta no existió. En este caso, el italiano Collina confesó que están convencidos de que Pitana es el adecuado para el comienzo de Rusia 2018.

Una carrera meteórica. “A ver vos, levantate del asiento”, le ordena el profesor Juan Carlos Crespi a un muchacho grandote que está entre 52 congresales en la provincia de Corrientes. El joven se levanta y Crespi lo rodea y lo observa. “¿Te gustaría profundizar en la carrera arbitral?”, le pregunta. “Por supuesto”, contesta, algo tímido, el alumno de 1, 93 metros. Crespi era en ese momento uno de los profesores a cargo del Curso Nacional de Árbitros, que aun hoy dicta el sindicato SADRA y ya sabía que ese joven que había sido jugador de Guaraní Antonio Franco y Textil Mandiyú de Corrientes, era Néstor Pitana.

De 2006 en adelante la carrera arbitral de Pitana fue meteórica. A comienzos de ese año dirigió sus primeros partidos el Torneo Argentino en sus categorías C, B y A, para debutar en diciembre de ese mismo año en la Primera B Nacional. Alguien que sabe de mucho en materia arbitral, pero que prefiere dejar su testimonio en secreto, asegura que el misionero llegó muy rápido por cuestiones políticas y por su gran porte y potencia física, que técnicamente nunca fue de los mejores.

En 2007 no le renovaron el contrato al chaqueño Daniel Giménez, lo que abrió una plaza para otro integrante del NEA en Primera División. Como hubo mucho revuelo por esa situación, y el misionero Pitana aún tenía poco rodaje en la B Nacional, los dirigentes de SADRA esperaron hasta junio de ese año para hacer debutar a un árbitro de Misiones por primera vez en la máxima categoría del fútbol argentino. En menos de dos años había logrado lo que muchos de sus colegas tardaban cinco o seis.

En 2010 debutó como árbitro internacional y sus esfuerzos eran aún mayores. Pitana vivía en Posadas y tenía que viajar casi todas las semanas a Buenos Aires. Esa dificultad lo engrandecía y se propuso lograr lo máximo para un juez de fútbol, disputar un Mundial FIFA. En uno de eso viajes a la Capital argentina, un 29 de abril, lo esperaba Luis Alberto Valdovinos, integrante del Consejo Federal de Fútbol Argentino, que a su vez estaba con Julio Grondona y aguardaban por Carlos Bilardo para ir a la presentación de un libro.

Valdovinos le dice a Grondona: “Don Julio, ¿no le molesta que Néstor vaya con nosotros?”, el entonces presidente de la AFA le contesta: “No, por supuesto, que venga”. En el breve trayecto que separa el hotel de la presentación, el dirigente del Consejo quiere presentar a Pitana, pero Grondona le dice: “No he charlado con él pero lo conozco”. Acto seguido gira un poco la cabeza y le pregunta la edad: “34”, responde Pitana. “Tenés la edad justa para ser nuestro árbitro en el Mundial de Brasil. Pero hacé de cuenta que no escuchaste porque vos todavía no lograste nada”.

Las palabras de Grondona se volvieron realidad y Pitana dirigió en Brasil 2014. En esa competición el misionero de impartió justicia en 4 partidos, destacándose en los encuentros de Estados Unidos-Portugal (2-2) y Francia-Alemania (0-1), pero no pudo seguir en la competencia porque la selección Argentina avanzó hasta la final. Ese año fue galardonado como el mejor Árbitro de América por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol). Al año siguiente logró el reconocimiento de la Conmebol, que lo designó para ser parte de la Copa América Chile 2015, junto a Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti, sus fieles compañeros, y no solo eso, la terna fue la encargada de dirigir el partido inaugural entre la selección chilena y Ecuador.

En 2017 la misma terna volvió a ser designada por FIFA, en esta oportunidad para dirigir la Copa Confederaciones Rusia 2017, en la que les tocó arbitrar la semifinal entre Alemania y México (4-1). De ese torneo salió elegido entre los 10 mejores árbitros del mundo.

Este 2018 le vuelve a dar la razón Juan Carlos Crespi, quien vio en aquel muchacho grandote un futuro árbitro. Pero en Argentina aún no se lo reconoce porque Pitana intenta dirigir como en los torneos FIFA, y como todos saben, el fútbol argentino es muy complejo para sus protagonistas.

(*) Árbitro Nacional de Fútbol (SADRA) y periodista deportivo.