jueves 28 de marzo del 2024

Suecia-Corea: una novela de espías y despistes

Desde ambos planteles admitieron tácticas para despistar al rival. Los surcoreanos intercambiaron números de camisetas en las prácticas para que lo nos reconozcan.

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Parecían las dos "cenicientas" del Grupo F en el Mundial de Rusia, pero el encuentro que Suecia y Corea del Sur disputan mañana en Nizhni Nóvgorod se transfiguró en una extraña novela de espías y despistes.

Ambos entrenadores revelaron hoy los trucos a los que recurrieron para intentar sacar ventaja al rival más accesible en un grupo que comparten con la poderosa Alemania y con México, que hoy puso patas arriba el Mundial al derrotar 1-0 a la actual campeona.

Janne Andersson, técnico de los nórdicos, tuvo que disculparse por un rumor que estalló en un país y terminó siendo verdad: un miembro del equipo técnico sueco se trasladó a Austria para observar el modo en que Corea del Sur se preparaba para el torneo.

"Escuchó algo de una base de entrenamiento. No entendió que se trataba de algo cerrado", argumentó el técnico. El "espía" observó además los movimientos de los asiáticos a gran distancia, añadió. La polémica quedó servida.

La iniciativa sueca podría explicar el arma no menos inusual con la que respondieron los surcoreanos: usar camisetas con los números cambiados en los entrenamientos para despistar a su primer rival en Rusia 2018.

"Lo hacemos porque los europeos nos miran. Es una de las razones. Queremos confundir a los suecos", dijo hoy el técnico Shin Tae-yong en la rueda de prensa previa al partido.

Shin respondió así a una pregunta sobre Son Heung-min, gran estrella del equipo, que de acuerdo a la periodista que interrogó al técnico vistió camisetas con cuatro números diferentes durante los entrenamientos.

Las astucias del técnico no terminan ahí: hoy explicó que instruyó a sus jugadores para hacer frente no solo a las miradas indiscretas de los suecos, sino también a las de las cámaras omnipresentes en el que posiblemente sea el Mundial más tecnológico de la historia.

"Preparamos a los jugadores. Hay 32 cámaras filmando el campo. Tal vez puedes engañar a un árbitro, pero no a todas las cámaras", explicó Shin.

Y eso tiene su impacto en la táctica: en tiempos del sistema de videoarbitraje VAR, piscinazos o faltas disimuladas no tienen ya sentido, analizó.

Habrá que esperar a ver si Corea del Sur aplica las mismas tácticas para su próximo partido, el sábado ante México, o si Suecia envió también espías a filtrar información sobre Alemania, su rival ese mismo día.

Por el momento, ambas selecciones ganaron ya protagonismo en el Mundial antes de que comience mañana a rodar el balón en su debut.

Fuente: DPA