El partido que Dinamarca le ganó a Perú en la primera fecha del Grupo C del Mundial de Rusia dejó un saldo negativo para el seleccionado europeo, ya que el futbolista William Kvist terminó con dos costillas fracturadas y quedó fuera de competencia.
Los seres humanos tenemos 24 costillas, todas se sostienen desde la columna torácica pero no todas cierran por completo el anillo uniéndose al esternón. Su función principal es proteger los órganos internos (corazón y pulmones) y ayudar en la respiración. Un golpe directo en el pecho puede causar su fractura. Lesión extremadamente dolorosa pero que, en la mayoría de los casos, sana por completo sin ningún tratamiento invasivo.
Respirar, estornudar y toser, durante los primeros días, puede acarrear un dolor incapacitante. En el primer momento, el tratamiento incluye hielo y compresión ligera. A largo plazo, requiere de descanso, apoyo alrededor de la caja torácica, analgésicos para el dolor y un regreso gradual al ejercicio a partir de los 40 días.
En el fútbol, las lesiones de esternón, costillas y columna torácica (en conjunto) representan apenas el 1,4% del total. Por lo tanto, casos como el de William Kvist de Dinamarca, no son frecuentes pero tampoco inesperados.
