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Los “torcedores” brasileños vivieron 24 horas casi ideales. Celebraron tanto la insospechada eliminación –y el último puesto en su grupo- de Alemania, como el avance de Brasil a octavos de la mano de Neymar y a costa de Serbia. Sin embargo, para que su alegría fuera total, faltó un detalle: que la volea de Marcos Rojo no hubiera tenido destino de red.
De hecho, en el Fan Fest de Moscú, los hinchas brasileños siguieron las alternativas de lo que pasaba en San Petersburgo con el entusiasmo propio de los que disfrutan tanto de las victorias propias como de las desgracias ajenas, en particular si se trata del rival de toda la vida.
Durante 35 minutos, a partir del empate de Nigeria, el sueño de la “torcida” se iba tornando realidad. El agónico gol del defensor del Manchester United terminó con su ilusión de una Argentina humillada en primera ronda de Rusia 2018.
A la salida del estadio Spartak, en la noche de Moscú, quedó en claro que la Albiceleste le provoca todo menos indiferencia a los hinchas brasileños: la letra “Messi chau, Messi chau, chau, chau”, con la música de la canción partisana “Bella ciao” que popularizó la serie española “La casa de papel”, fue la melodía más oída en boca de los “torcedores” tras la clasificación a octavos de la “Verdeamarela”.
Está claro que la perspectiva de una eventual semifinal con resabios de Italia 90 es la pesadilla más temida para los nacidos en el gigante futbolístico sudamericano.
(*) Especial para 442 desde Moscú.
