viernes 29 de marzo del 2024

Pánico en Defensores de Macri

A Chiqui Tapia y Daniel Angelici los divide la elección del sucesor de Sampaoli. La pelea de fondo, en realidad, es por las SAD, un sueño del presidente de la Nación.

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“La indemnización se fijará en una libra exacta de vuestra hermosa carne, para ser cortada y quitada de la parte de vuestro cuerpo que me plazca”.

William Shakespeare (1564-1616);  de “El mercader de Venecia”, Shylock, acto I, escena III.

Cada tanto, Defensores de Macri entra en pánico por alguna situación que juzga resuelta o dominada (mercado de pases, aportes de campaña), mientras la dura realidad se encarga de desmentir todo. Hace dos años, nerviosos luego de comerse cuatro goles en un amistoso de verano con Racing, corrieron a comprar centrales. Ahora, en pánico, van por otro arquero, porque el joven Rossi, confirmado por el líder y conductor, no transmite confianza al mercado boster.

Hace tiempo que buscan. Candidatos hubo, sobre todo los imposibles. Ni Guzmán, ni Marchesín, ni Rulli, ni Buffón, ni el payaso Plin Plin. La cosa, hoy, está entre el terrenal Andrada, un talento joven que hasta ahora amagó más de lo que pudo concretar, o Marcos Díaz, segunda opción. Después de la partida de Orion, The Twins y Angel Easy no pegaron una. Dos triunfos locales no alcanzan. Es necesario ganar afuera, acceder a lo internacional, ser parte de la elite, aunque para eso haya que liquidar a uno, diez, veinte planteles. ¡Nada es más importarte que satisfacer la gran obsesión de Defensores de Macri!

Pero no les sale, o les sale mal. Fanáticos de la manta corta y los errores múltiples, ahora sobran los delanteros, los lesionados y falta una fuerte personalidad bajo los tres palos. Algo que demuestre previsibilidad. De la buena, porque hasta ahora lo único previsible ha sido que los tiros que van al arco son goles, y los que van afuera también.

Les urge ese guardameta (es decir, cumplir con alguna meta), otro Central (este ha sido un colador) y decenas de miles de millones de dólares para cubrir la fuga, los intereses de la deuda y un déficit comercial récord. Hay que salir campeones de todo para no descender. Mientras tanto, la bronca de la hinchada crece. Ojo con eso.

Ya escribí (mucho) sobre el sinsentido de la doble conducción de AFA, Chiqui Wall de Moyano-Angel Easy, ahora que el president McCree y don Hugo están en pie de guerra. La cosa es tan evidente que el propio Chiqui se sinceró en público: “A mí me quisieron limpiar”. Angel Easy lo tiene en la mira, ya sin disimulo, entre otras cosas por el contrato con el Marbella Football Center, el predio de captación de talentos nativos en Europa para “encontrar a otro Messi”.

Guillermo Tofoni, que se anota en todas, jura que el costo del predio será “cero pesos” y que la rentabilidad de los dueños pasa por “revalorizar su propiedad”. Mmm… Pobreza cero / cero pesos / crecimiento cero. Noto una simpática debilidad por el valor neutro, que no es nada o es muchísimo según se los coloque a la izquierda o a la derecha. En eso sí que no fallan nunca.

Angel Easy apostó todo por Saint Paoli y la pifió, como tantas otras veces. A Chiqui, todavía nuevito en el cargo, le gustaba Pochettino, pero apoyó a su vice, sobreactuando un poco: “Tenemos al mejor técnico del mundo”, dijo. En Rusia la situación lo superó y derrapó, más de una vez. La peor fue cuando aconsejó a la prensa: “Ustedes deben apoyar y no hablar de táctica, porque eso ayuda al rival”. En Rusia vieron demasiadas películas de espías. Pero además, los había. Grabando todo.

El tema del futuro técnico los divide más. Angel Easy quiere de mánager a Sabella que, insisto, deberá estar muy bien de salud para meterse en este manicomio. Hasta llamaron a Guardiola, para seducirlo con nuestra infinita gloria y lograr que deje el City, el último campeón de la Premier que tiene como objetivo la próxima Champions. Dicen que Pep (que por año gana 11 millones de euros) fue amable y “no dijo que no”. En fin. Me asombra que haya podido articular una palabra.

Chiqui prefiere a Pekerman y a su admirado Pochettino como DT, al que deberá secuestrar para que abandone su brillante presente con Tottenham, en Londres. Otros nombres sobrevuelan, operados por unos y por otros. Gareca sigue libre mientras en Perú le piden que vuelva; Almeyda dijo que se “tiraría de cabeza” y también está Almirón, la apuesta de Braga R. Nick, capo del Imperio Clase B más grande de la región, hoy muy cercano a Angel Easy.

La pelea de fondo, en realidad, es por las SAD, los clubes privatizados, el único sueño que le debe quedar sin daños irreparables al president Maurice McCree.

El problema es que la base electoral y de poder de Chiqui son, justamente, esos clubes chicos con problemas, que piensan convertir en unidades de negocios para financistas rapaces. El hombre es un estorbo para los planes de Defensores de Macri y Angel Easy, siempre fiel a su capitán, aunque al barco se lo note cada vez más escorado en la tormenta.

Las primeras planas del mundo volvieron a discutir el tema en esta semana, después que Paul Singer, champion de los fondos buitre, se convirtiera en el nuevo dueño del histórico Milan.

Hace 17 meses, el empresario chino Li Yonghong compró las acciones del club con “ayuda” del Elliott Management y le dio salida a Silvio Berlusconi después de 31 años. Pero el chino Li hizo todo mal, no pudo ampliar capital, ni honró sus deudas. Así que, ¡zas!, el grupo le arrebató el club.

Elliott es el segundo nombre de Paul Elliott Singer, el ave picuda que nos quería despellejar y lo logró: cash. Ahora rapiñó a uno de los grandes de Italia y Europa que hace cinco años no clasifica para la Champions y siete que no gana un Scudetto. ¡Forza Defensores de Singer! ¡Vamos los buitres! Qué jugador.

Cosas que podrían suceder, acá. Ver pasar una tanqueta de guerra por la Costanera en primavera, brindando seguridad, confianza, paz ganada; cuidando las flores y a nuestros niños, como decían esas propagandas en blanco y negro de los últimos años 70.

Hagamos algo para que no se repita, compatriotas.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.