viernes 29 de marzo del 2024

Federer y el calor: una confesión sorprendente

El suizo sufrió las altas temperaturas del Arthur Ashe, perdió con el australiano John Millman y se despidió del US Open. Al término del partido dejó una frase polémica.

442

"En algún momento, creo que me alegré de que el partido haya terminado, supongo". Con esa frase, Roger Federer sintetizó las sensaciones que tuvo en la sorpresiva derrota que sufrió ante el australiano John Millman y que lo apartó del Abierto de tenis de Estados Unidos en los octavos de final.

Es que Federer no se pareció a sí mismo en el duelo ante el número 55 del mundo, que nunca había vencido a un top ten en diez partidos anteriores. Nada menos que 77 errores no forzados, diez doble faltas y dejar escapar un set para colocarse 2-0 sacando 40-15 son algunos detalles que dejó la actuación del lunes del ex número uno del mundo.

El termómetro rondando los 30 grados cerca de la medianoche neoyorquina y una humedad por encima del 85 por ciento fueron adversarios demasiado poderosos para el suizo de 37 años.

"Hacía muchísimo calor esta noche", comentó Federer. "Es una de esas noches en las que sientes que no puedes respirar. No había aire".

El estadio Arthur Ashe fue durante años bastante criticado por los tenistas debido a los remolinos de aire que se formaban en la pista. Esas ráfagas, que se generaban en los anchos pasillos y las aperturas que tenía la cancha, dificultaban el juego.

Sin embargo, tras la última remodelación, cuando en 2016 se instaló un techo retráctil, apenas llega aire a la pista de juego. Tampoco cuando el estadio está abierto, como ocurrió en la noche del lunes.

"Creo que desde que se instaló el techo no circula el aire en el estadio. Creo que es un US Open totalmente diferente", remarcó el suizo, que no gana en el Corona Park desde 2008.

Pero lo del lunes no fue sólo una derrota. Desde que promediaba el segundo set, el campeón de 20 Grand Slam comenzó a sentirse fastidioso en la pista, la misma donde tantas veces había disfrutado antes.

"Era incómodo", aseguró. "Claramente, sigues sudando más y más y más a medida que avanzaba el partido. Pierdes energía a medida que pasa", insistió Federer, que en la cancha expresó esa molestia con apuro y ganas de terminar rápido el partido.

De esa forma, el helvético comenzó a acumular fallos de todo tipo: con su derecha, casi incontrolable por momentos. Con su revés con slice, llamativamente corto en varias ocasiones. Y con el servicio, con el que ni siquiera llegó a un 50 por ciento de acierto en los primeros saques y con el que cometió diez doble faltas, dos de ellas consecutivas en el decisivo tie break del cuarto set.

"Fue decepcionante. Cuando empiezas a sentirte así comienzas a perder oportunidades, y yo las tuve", se lamentó el suizo. Razón no le falta. Sacó 5-4, 40-15 para colocarse dos sets arriba y la dejó escapar. Tuvo un set point en el tie break del tercer parcial y tampoco lo aprovechó. Y estuvo con un quiebre de ventaja en el cuarto segmento y también permitió que el australiano remontara.

Fuente: DPA

AM

En esta Nota