jueves 18 de abril del 2024

Las internas que desnudó el clásico rosarino

Newell's y Rosario Central jugarán a puertas cerradas y fuera de Santa Fe debido a un combo letal de egoísmos, disputas políticas y un sinfín de internas.

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Un combo letal de egoísmos, disputas políticas y un sinfín de internas típicas de los peores momentos del fútbol argentino hicieron que el clásico de Rosario por Copa Argentina se dispute a puertas cerradas y fuera del ámbito de Santa Fe ya que ninguna provincia quiso hacerse cargo de recibir a ambas hinchadas por temor a posibles incidentes.

Desde el jueves 4 de octubre, el día después de la victoria de Central ante Almagro que derivó en el enfrentamiento ante Newell ´s, se generaron múltiples especulaciones sobre la fecha y el lugar del duelo por cuartos de final.

Sin embargo, el primer paso se dio el lunes 8, cuando dirigentes de ambos clubes se reunieron en la gobernación de Santa Fe junto a representantes de los organismos de seguridad de la provincia.

En ese cónclave, el coordinador de Seguridad Deportiva provincial, Diego Maio, confirmó que estaban en condiciones de armar un operativo para que asistan ambas hinchadas a la cancha de Colón o la de cualquiera de los equipos involucrados, mientras que la de Unión fue descartada.

Los dirigentes, por su parte, intentaron consensuar una fecha sin éxito: Newell´s propuso jugar el 14 o el 17, pero Rosario Central se negó debido a que por ser fecha FIFA no iba a contar con Alfonso Parot, citado a la Selección chilena.

El "Canalla", por su parte, expresó que pretendía enfrentar a su rival de toda la vida el miércoles 31, algo que la "Lepra" no aceptó por el simple hecho que 48 horas antes recibía a Argentinos Juniors, por la décima jornada de la Superliga.

Más allá de no encontrar fecha, parecía que con el paso de los días esta situación se iba a resolver y el duelo se disputaría en cancha de Colón debido a que ningún equipo aceptaba jugar en el estadio del rival.

Como si no bastara con la locura que vive la sociedad futbolera, que muchas veces toma un clásico como algo de vida o muerte en vez de como un simple encuentro contra el adversario de toda la vida, la política también salió a jugar su partido.

El intendente de Santa Fe José Corral, radical de Cambiemos, en primera instancia reconoció que la ciudad podía albergar el partido para horas después echarse atrás y manifestar que lo mejor era que se dispute en Rosario.

Marcela Aeberhard, concejal del Partido Justicialista por Santa Fe, le solicitó al propio Corral a través de una nota que el partido no se juegue en la ciudad con el fin de evitar posibles hechos de violencia.

Desde dos espacios políticos diferentes se habían mostrado en contra de la decisión de los organismos de seguridad provincial, que responden al gobierno del socialista Miguel Lifschitz.

Con este escenario, el jueves 11 los organizadores de la Copa Argentina tenían la decisión tomada de que el encuentro se dispute en la provincia de Buenos Aires y a puertas cerradas.

A través de un comunicado, la Copa comunicó que por primera vez se iba a disputar un encuentro sin hinchas y afirmó que por "decisión de Lifschitz el partido no se iba a jugar en Santa Fe".

Rápidamente, la Gobernación salió al cruce: negó haber bajado el partido y hasta puso en duda que la provincia pueda seguir albergando partidos del certamen si no se retractaban, algo que no ocurrió.

Así las cosas, los organizadores quisieron que el partido se dispute el miércoles 24 en cancha de Lanús, pero ese mismo día ya estaba programado por Estudiantes-Newell´s, pendiente de la séptima fecha del torneo.

Fiel a su política de no cambiar de días los partidos ya anunciados, la Superliga no quiso posponerlo y todavía no se sabe cuándo ni en qué cancha se jugará el partido.

Las únicas certezas son que será en Buenos Aires, a puertas cerradas y en el mismo fútbol en el que hace algunos días Talleres y Belgrano de Córdoba jugaron el clásico con presencia de ambas hinchadas y sin ningún incidente...

ED Fuente: NA