jueves 28 de marzo del 2024

River-Boca: cómo y por qué nos afecta un partido

Todo lo que no hay que hacer de cara a la Superfinal de la Libertadores. Recetas para evitar el estrés. Opinan los especialistas.

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El partido de mañana es un hecho histórico para el fútbol: River y Boca van a jugar en el Monumental la vuelta de la final de la Copa Libertadores. Un evento de esta magnitud llama la atención de cualquier aficionado a este deporte.

La pasión por el fútbol es una característica distintiva de los argentinos que se exacerba durante los Mundiales y cualquier final. Este tipo de pasiones y emociones hacen que el corazón se acelere y, por ende, aumenta la presión arterial y las chances de sufrir algún evento cardíaco. Esto sumado al estrés generan un cocktail peligroso para la salud de los hinchas.

“El estrés es uno de los causantes de enfermedades cardiovasculares, ya que el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Cuando esto sucede, el corazón necesita más oxígeno”, explicó la doctora María Valeria El Haj, directora médica de Vittal (MN: 99291) a 442.

“Cuando tenés una competencia el organismo el cuerpo biológicamente puede llegar a vivirlo como un combate, como una batalla, y se activan todos los mecanismos biológicos que están relacionados como el estrés. Aunque también desde los circuitos cerebrales más evolucionados permite el análisis y el disfrute”, señaló a 442 Alejandro Andersson, médico neurólogo y director del Instituto Neurológico de Buenos Aires (MN: 65.836).

"Si uno estuviera jugando se justifica porque se desahoga a través de la actividad física pero si uno está mirando puede acumularlo lo que no es tan beneficioso", indicó el neurólogo.

Controlar los nervios no es una tarea fácil para nadie, menos en la actualidad en la que se considera al estrés como la enfermedad del siglo XXI. No obstante, es necesario tomar cartas en el asunto porque cualquier persona, pero sobre todo quienes tienen antecedentes de afecciones cardiacas, corren riesgos importantes si dan rienda suelta a su ansiedad.

¿Qué no hay que hacer?

Durante los partidos solemos llevar a cabo algunas conductas que no ayudan a calmar los nervios y la ansiedad que genera una final como esta.

Para empezar, es preferible evitar durante los partidos el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas y las picadas altas en grasas. “Se puede elegir opciones más saludables a los alimentos típicos. Grisines integrales, bastones de zanahoria y apio pueden acompañar a los quesos untables (preferentemente light). Y también en bueno incluir variedad de frutas y frutos secos”, indicó El Haj.

Eso sí, una vez empieza el partido lo mejor es levantar todo de la mesa y no tener comida a mano porque mientras miramos la televisión perdemos la noción de la cantidad de alimentos que ingerimos y podríamos pasarnos. Además, si se planea comer durante un encuentro solemos elegir cosas fáciles de consumir, como picadas y snacks, que son altas en grasas saturadas y sodio.

Otro hábito a evitar es el tabaquismo. La nicotina produce una sobreexcitación del cuerpo a la vez que produce un cierre en las arterias y aumenta la presión arterial. Ninguno de estos efectos es bueno para el corazón ni el organismo.

El tabaco, el alcohol y la sal elevan la tensión arterial. Este hecho combinado al estrés emocional que puede aumentar durante los partidos eleva peligrosamente el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares (ACV).

En el caso de notar dolor en el pecho o si se siente algo diferente en el cuerpo es crucial que se consulte con urgencia al médico. Cualquier problema de salud detectado a tiempo tiene consecuencias mucho menos severas y hasta se pueden evitar futuras complicaciones.

Una opción para disminuir el estrés es recurrir a pausas activas como levantarse y elongar los brazos y piernas. El entretiempo del partido es un momento idóneo para caminar unos minutos.

Además, aquellas personas que padezcan de problemas cardíacos y vivan los partidos con intensidad es necesario que mantengan un control de su tensión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol.