La Justicia alemana condenó a Sergei W. a 14 años de cárcel por el ataque con tres bombas contra el micro del plantel del Borussia Dortmund el 11 de abril 2017, en el que resultó herido el defensor español Marc Bartra.
El Tribunal de Dortmund declaró a Sergej W., de 29 años, culpable de 28 tentativas de asesinato por el atentado, en el que también resultó herido levemente un policía encargado de escoltarlos hasta el estadio de fútbol.
Asimismo, la Justicia alemana dictaminó también que el joven es culpable de detonar tres artefactos explosivos a la salida del autobús del hotel en el que se encontraban concentrados.
"El acusado esperaba la posibilidad de que muriera gente", declaró el juez Peter Windgätter al explicar el veredicto. "No pudo controlar la dirección de la explosión".
Durante los 11 meses que duró el proceso, los jueces interrogaron a testigos, encargaron dictámenes periciales y dieron repetidamente la palabra al propio acusado, que fue detenido diez días después del atentado, tras ser vigilado por la Policía.
El acusado admitió desde el principio que fue él quien fabricó las bombas, las escondió en un sitio próximo al hotel del equipo y detonó los artefactos cuando el micro partió rumbo a su estadio para enfrentarse al Mónaco en la Liga de Campeones. Sergej W., que nació en Rusia y ahora sólo tiene la nacionalidad alemana, afirmó en todo momento, sin embargo, que no quería matar ni herir a nadie, algo que la Justicia alemana no ve igual.
"Detonó exactamente las bombas cuando el autobús estaba a la altura de los explosivos", indicaron en el veredicto. En ese momento había 28 personas en el autobús.
Según indicó durante el juicio su abogado defensor Carl Heydenreich, su objetivo era extender el miedo y el terror. Sergej W. no tenía intención de matar y, por lo tanto, "sólo" debía ser castigado por la explosión, declaró al cierre del proceso.
El único objetivo de este joven, técnico electrónico de profesión, era bajar el precio de las acciones del Dortmund después de adquirir el mismo día del ataque 15.000 opciones de compra de títulos del Dortmund, el único club de la Bundesliga que cotiza en Bolsa, señaló su defensa.
El Fiscal General Carsten Dombert, que pedía cadena perpetua contra el acusado, no creyó en ningún momento ni una palabra de este alegato. Después de todo, Sergej W. había equipado cada artefacto explosivo con 65 clavos de metal, que había serrado y pulido especialmente en su lugar de trabajo, señaló en el juicio.
Con la explosión, la metralla salió lanzada por el aire y uno de los clavos entró en el autobús del equipo y se quedó atascado en un reposacabezas y otro aterrizó en la sala de estar de una casa vecina, recordó.
"Las bombas eran incontrolables", dijo Dombert en su alegato final. No se trata de que por suerte "solo" el entonces defensor español del Dortmund Marc Bartra fuera herido en el brazo durante la explosión y que un policía en motocicleta sufriera un trauma, sino que el atentado fue un intento de asesinato que debe ser castigado con cadena perpetua, solicitó.
Desde el Dortmund no quisieron entrar a comentar el veredicto. "Estamos centrados en el partido. El tema se trató internamente durante mucho tiempo", declaró el director de medios de comunicación del club alemán, Sascha Fligge, en una rueda de prensa sobre el partido ante el Brujas en Liga de Campeones este miércoles.
Fuente: DPA
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