jueves 18 de abril del 2024

Armani se quedó otra vez sin final mundialista

El arquero de River jugó dos semifinales del torneo que reúne a los campeones de distintos continentes y en ambas ocasiones se volvió con las manos vacías. Su carrera.

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Dos años después, el arquero Franco Armani se estrelló en el Mundial de Clubes, reviviendo la pesadilla de caer en semifinales del torneo: en 2016 fue cuando jugaba con el Atlético Nacional colombiano y ahora lo ha revivido con los colores de River Plate.

Armani protagonizó una intervención espectacular en la recta final de la prórroga este martes en el Al Ain, ante una volea en boca de gol de Mohamed Ahmad.

Gracias a eso River pudo llegar a la tanda de penales, pero allí no consiguió detener ninguno de los lanzamientos emiratíes. Su compañero Enzo Pérez falló el suyo y fue suficiente para que el sueño de la final se evaporara.

Con gesto serio, Armani revivía en su cabeza y en silencio algo que ya sufrió en 2016: la derrota de Atlético Nacional por 3-0 ante el Kashima Antlers en semifinales de ese Mundial de Clubes.

Entonces el revés fue más contundente y le dejó tocado anímicamente.

En la concentración de River en Emiratos Árabes Unidos, Armani había insistido en que no había que subestimar a ningún rival en este torneo.

"No hay que menospreciar al equipo rival. El partido del martes es el más importante porque es el que da el paso a jugar una final. No hay que subestimar al rival. Se debe jugar con humildad", había afirmado a los periodistas el jueves en la concentración de Al Ain.

El tiempo le ha dado la razón y ahora, como entonces, Armani únicamente puede aspirar a jugar por el tercer puesto.

En sus inicios en Argentina no terminó de encontrar hueco para llegar a la élite. Debutó en la segunda categoría con Ferro Carril Oeste en la 2007-2008 y después jugó para el Deportivo Merlo.

En 2010 inició su aventura colombiana, que duró siete años y que le permitieron hacerse un nombre y engrosar su palmarés, pese a que los inicios fueron muy duros.

Él incluso llegó a pensar en cómo poner fin a su contrato en Colombia al ver que nunca podría ser como su ídolo Ubaldo Fillol, ni poder regresar a Argentina a lo grande, como era su deseo.

No se rindió, ayudado por su padre. Resistió en los peores momentos, incluida una seria lesión, y los éxitos acabaron llegando: además de en campeonatos nacionales en su país de acogida, Armani pudo proclamarse campeón de la Copa Libertadores (2016) y de la Recopa Sudamericana (2017) con su equipo.

Con esa experiencia y ya con la madurez de un jugador treinteañero anunció a principios de año su regreso a Argentina, para jugar por fin en un grande de su país, el River Plate, con el que ganó la Supercopa Argentina y, sobre todo y ante todo, la Copa Libertadores el pasado 9 de diciembre en el Santiago Bernabéu.

En este 2018 pudo también disputar el Mundial de Rusia-2018, donde se vio inesperadamente como titular por el bajo rendimiento de Willy Caballero.

Armani defendió el arco albiceleste en el crucial partido ante Nigeria (2-1) en la primera fase, que permitió evitar una eliminación a las primeras de cambio, y también en la derrota 4-3 ante la luego campeona Francia en los octavos de final.

Su actuación especialmente en el partido ante los Bleus le hizo recibir críticas, pero la Libertadores le devolvió la sonrisa.

Ahora la derrota en el Mundial de Clubes vuelve a doler y con 32 años empieza a preguntarse si tendrá más oportunidades en el futuro para quebrar de una vez su particular maldición.

CV y agencia AFP