jueves 28 de marzo del 2024

El fantasma de Bielsa recorre Europa

El gesto del técnico argentino se instaló para generar uno de esos interminables debates futboleros. Los hinchas, generalmente, no reclamamos justicia.

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Un fantasma recorre Europa: el fantasma de Bielsa. En realidad, el fantasma del gesto de Bielsa. Un gesto que, por supuesto, llegó a la Argentina y se instaló para protagonizar uno de esos debates interminables que cada tanto se instalan en el fútbol. Ahora se discute si ese acto de justicia que impulsó Bielsa fue correcto o no, si sobreactuó, si fue un ejemplo, un ingenuo o le faltó una cuota de simeonismo. Se prendió todo el mundo: hasta Marcelo Gallardo y Gustavo Alfaro intentaron ser convincentes cuando explicaron que ellos hubiesen hecho lo mismo. Frente a semejante dilema, es inevitable fantasear qué hubiese ocurrido acá si a un entrenador se le hubiese ocurrido pedirle a sus jugadores que se dejaran hacer un gol en nombre de algo llamado ética deportiva.

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Los hinchas (tal vez debería decir los argentinos) no reclamamos justicia. El Chavo Fucks lo repite entre seis y diez veces por transmisión: buscamos injusticias que nos beneficien. Cualquier generalización es injusta, cierto, y sabemos que en el mundo del fútbol están los que se ubican del lado Valdano de la vida, cosa que está muy bien. Pero también es cierto que esas son las excepciones. La gran mayoría de los hinchas somos seres irracionales. Por lo menos en la tribuna, ese lugar donde de exacerba hasta el más mínimo vicio. Y no sólo rechazamos actos de justicia, somos mucho peores. Una pintura de cancha nos podría definir como machistas, xenófobos, homofóbicos y otras delicias por el estilo. Por qué, entonces, nosotros, que integramos esa detestable raza llamada hincha de fútbol, toleraríamos que nuestro entrenador propicie un gol en contra. Sería inadmisible en un amistoso de pretemporada jugado con los suplentes ante un combinado mendocino. ¡Ni pensar en un partido decisivo por el ascenso!

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Vamos, seamos claros. ¿Cuántos por este barrio se bancarían un Bielsa en estado de ética permanente? Aún cuando esa ética perjudicara a nuestro equipo, claro. En este fútbol, con nosotros como hinchas, esos gestos sólo son bien vistos cuando los hace el técnico contrario.