viernes 29 de marzo del 2024

Sergio Batista: "La prioridad es el Mundial de Qatar 2022"

El Checho, protagonista de la Copa América con la Argentina como entrenador y jugador recordó que el foco debe estar puesto en el próximo Mundial.

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Sergio Checho Batista conoce lo que es estar al frente de la Selección por Copa América. Lo hizo como entrenador en 2011, año en el que se disputó la edición en nuestro país. Su equipo no pudo pasar los cuartos de final tras perder por penales ante Uruguay, en Santa Fe. También como futbolista, en 1987 y 1989.

El DT brindó su testimonio a PERFIL a horas de iniciarse una nueva competencia.

"Veo bien a esta Selección, con una base de grandes jugadores que vienen de la etapa anterior y que le van a aportar mucho a los que están haciendo sus primeras armas. Si bien es cierto que todavía no conocemos la forma de jugar del equipo, lo veo como uno de las candidatos a ganar la Copa.

Ojalá la ganemos. Pero al igual que nos pasó a nosotros después de ganar el Mundial de México, si los resultados no se nos dan, tenemos que tener en cuenta que estamos ante una Selección en pleno proceso de recambio. La prioridad es armar un equipo con jugadores nuevos de cara al próximo Mundial de Qatar, en 2022. Ahí hay que enfocar todos los cañones. Sin embargo, creo que esta Selección está en condiciones de darnos una alegría después de muchos años sin éxitos.

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Siempre recuerdo lo que pasó con la Selección que jugó la Copa América de 1987. Fue muy particular porque como había muchos jugadores que veníamos de ganar el Mundial de México 86, todo el mundo nos daba como los grandes candidatos a ganarla. Veníamos de ser campeones del mundo y encima jugábamos como locales en Argentina.

Pero, lamentablemente, los partidos no se nos dieron como los habíamos pensado y el cuarto puesto que logramos, detrás de Uruguay, Chile y Colombia, fue tomado por muchos como un fracaso. No así para Bilardo, que a diferencia del imaginario sobre él y de lo que alguna vez dijo sobre los segundos, desde el vamos nos confesó que más allá de la importancia de salir campeón, lo que más le interesaba de ese torneo era tomarlo como el inicio para la preparación de un nuevo equipo de cara al Mundial de Italia 90.

Ese era el verdadero objetivo de Carlos para esa Copa América: empezar a conformar un grupo sólido de cara al Mundial. Y eso fue lo que nos comunicó a cada uno de los jugadores al momento de convocarnos y con lo que tratamos de cumplir en cada partido. Creo que deberíamos recordar eso también para esta Copa que arranca: el objetivo no es Brasil 2019, sino Qatar 2022.

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En la otra Copa América que jugué, la que se jugó en Brasil en 1989, tampoco se nos pudo dar. Sinceramente, creo que fue otra experiencia muy buena para el grupo, siempre haciendo hincapié en que el objetivo central tanto de Carlos como del grupo era sumar experiencia y minutos juntos en cancha para llegar de la mejor manera a Italia. Éramos muy pocos los jugadores que quedábamos de México 86 –no más de seis– y había muchas caras nuevas, producto del lógico recambio que dispuso Bilardo.

Después, en cuanto a la Copa América de 2011 en la que tuve la responsabilidad y el honor ser el director técnico de la Selección, lo que más me duele –aún hoy– es que, aunque lo intentamos hasta último momento, lamentablemente no pude sacarme las ganas de ganarla.

Teníamos un plantel de grandes jugadores y muchísimas ilusiones de ganarla, pero tuvimos la mala suerte de perder en los penales contra Uruguay, que después fue el campeón. No perdimos ni un sólo partido previo y nos quedamos afuera de la final. Son las cosas que tiene el fútbol: cuando no es para uno, no hay nada que hacer.

Como el máximo responsable del equipo dentro de la cancha, tengo la enorme tranquilidad de saber que los jugadores entregaron hasta la última gota de sangre para ganarla. Me resultó muy fácil dirigirlos y que entendieran mi mensaje. Humildemente, creo que fue una de las mejores camadas que tuvo la Selección argentina en toda su historia.

Fue una lástima, sobre todo por lo que trabajaron y entregaron y por la clase de personas que son. Pero como yo siempre busco sacar algo positivo de todas las experiencias y desafíos que me han tocado vivir y sortear, hoy puedo afirmar con total convicción y tranquilidad que más allá de que no se lograron los resultados, para mí el hecho de haber dirigido a la Selección representa un honor y una experiencia increíble. Tan hermosa como haber salido, adentro de la cancha, campeón del mundo en México 86.

(*) Campeón del mundo en México 1986. Jugó la Copa América de 1987 y 1989, y dirigió la de 2011.