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A diferencia de la triste realidad que vive el fútbol argentino desde hace varios años donde los partidos de las distintas categorías se disputan sin público visitante, en Brasil (al menos en el Mundial 2014 y en la actual Copa América) los aficionados de los distintos países viven los encuentros entremezclados en una misma tribuna y hasta el momento esta situación no ha generado mayores inconvenientes.
Incluso este martes desde muy temprano, las inmediaciones del Mineirao de Belo Horizonte se llenaron de brasileños y argentinos que convivieron en absoluta paz pero con el correr de las horas y de las cervezas, es inevitable que aparezcan algunos desubicados y un grupo de hinchas locales provocó a los visitantes prendiendo fuego una camiseta argentina con el número 10.
Será una cuestión para que los efectivos de seguridad privada estén atentos ya que si bien no hubo mayores problemas, durante la final del Mundial 2014 en el Maracaná, los brasileños tomaron partido por Alemania y esa tensión provocó distintos focos de conflicto en las tribunas. Cuesta creer que un grito de gol o una cargada pase de largo y no termine en un problema, lo cual sería una mancha para la organización de esta Copa América.
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