viernes 29 de marzo del 2024

Polémica en el VAR: el error es humano

Las reglas son las correctas, pero la falta de preparación en la parte humana es la pata floja de esta situación.

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Gritos inútiles y festejos truncos. La jugada sigue, el gol se convierte y todo retrocede. El VAR vino para quedarse y trajo consigo las polémicas, las dudas, los reproches y un avance al que todavía le falta ser pulido.

En principio, apoyo la idea de la evolución en este deporte. Creo que es un pasito más hacia la justicia. Pero siempre hay un “pero”. Más de un “pero” en este caso. El fútbol es impredecible, y el VAR parece no venir a cambiar eso.

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“¡Inventaron el VAR para cagarnos!”, gritó un Enzo Pérez furioso. Se lo reclamó a Germán Delfino, quien de forma correcta expulsó a Ignacio Fernández durante un River-Boca en 2017. Pero esa queja desaforada del volante millonario se refería a la no sanción de un penal a favor de River en la semifinal de la Libertadores ante Lanús y terminó de desatarse esa tarde durante el Superclásico. La pelota dio en la mano de Iván Marcone y el colombiano Wilmar Roldán ignoró la falta, y tampoco decidió consultar con los asistentes del VAR. Grosero error que perjudicó a los de Gallardo. Misma decisión con distinto damnificado. Javier Pinola despejó la pelota dentro del área y jamás bajó la pierna. De frente, Martín Benítez recibió un planchazo fuertísimo en la rodilla por parte del defensor. El juez brasileño Anderson Daronco cobró lateral para Independiente. Decisión polémica por demás. Tampoco recurrió al VAR y siguió como si nada hubiese ocurrido. Esta vez, los de Núñez fueron beneficiados.

Cualquiera podría decir que el uso de la tecnología es un verso más que no cambia nada. No lo veo así. El error no está en la tecnología. En la repetición, todos vimos la mano de Marcone y la patada de Pinola. No dudamos ni un segundo sobre la falta. Pero en estos casos el árbitro decidió no consultar, y ellos son quienes tienen la última palabra. No aceptó que podía estar errado, adoptó una postura casi de omnipresencia negando que alguna acción podía escapar a sus ojos.

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Y ahí empiezan los errores. La preparación arbitral tiene que trabajar también en ese aspecto. El VAR es como un seguro que tienen los jueces y los respaldará en la decisión que tomen. Pueden consultar, aceptar chequear y convalidar o no su decisión primaria. Cuando la soberbia es mayor que la necesidad de ser correcto, las fallas están al caer.

No son todas pálidas. Por algo estoy a favor de su implementación. Más acá en el tiempo, Uruguay y Perú definieron por penales los cuartos de final de la actual Copa América. El partido terminó empatado en cero, aunque los uruguayos gritaron “gol” en varias oportunidades. Como nueva regla, los jueces de línea tienen que sentar postura con la jugada ya definida, gol o no. ¿Por qué? Porque si cobran offside y no lo era, no hay manera de volver atrás y así tampoco entorpecen la fluidez del juego. En este partido, las dos situaciones anuladas a Uruguay y consultadas al VAR fueron finísimas. Sin la gráfica digital que marca la línea imaginaria, eran imperceptibles. Perú se impuso en los penales, para luego derrotar a Chile y hoy disputar la final ante Brasil. Sin la tecnología, eso no hubiera sido posible.

Distinto fue el caso de Argentina. Agüero y Otamendi fueron víctimas de faltas dentro del área. Visibles faltas que el ecuatoriano Roddy Zambrano no vio ni consideró revisar. La jugada en la que Dani Alves golpea al Kun fue con Brasil arriba por un gol. Ese penal podría haber torcido el rumbo del partido y hoy la definición sería otra. Tampoco cobró el topetazo de Arthur a Otamendi. Cómo habrá sido de polémico todo lo que pasó, que cuando terminó el partido hicieron explotar hasta a un tipo tranquilo como es Lionel Messi: “Se cansaron de cobrar boludeces en esta Copa América y hoy no fueron nunca al VAR”. El capitán de la Selección también le tiró un palo fuerte al país anfitrión, afirmando que “Brasil maneja todo”. El enojo de un país entero se vio reflejado en esas declaraciones de Messi.

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Si vos tenés un cuchillo, le sacás filo y en el momento de cortar intentás hacerlo con el mango mientras agarrás la hoja metálica, el problema no es el cuchillo, sino cómo lo estás usando. Con el VAR ocurre lo mismo. El desarrollo de la herramienta está bien, las reglas son las correctas, pero la falta de preparación en la parte humana es la pata floja de esta situación. Hay que achicar el margen de error en el fútbol. También hay que achicar el orgullo en algunos jueces.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.