sábado 20 de abril del 2024

Gallardo y las claves de un líder invulnerable

Seducción, convicción, sinceridad. Estas son algunas de las herramientas de liderazgo que aplica el Muñeco en este plantel.

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"Ser un líder es ser un desestabilizador de la rutina", definió con certeza Jorge Valdano. Vaya si lo es Marcelo Gallardo, quien en algo más de cinco años desarticuló una rutina de más de cinco décadas, una larga etapa de la historia de River que (casi) siempre tenía un idéntico final: frustraciones a granel en la arena internacional, apenas matizadas por un puñado de gestas que confirmaban la regla.

Sin omitir un dato clave en el palmarés hollywoodense del Muñeco: las cinco victorias en finales y series de eliminación directa ante el rival de toda la vida enterró las miserias sufridas por los hinchas millonarios en el historial previo frente a Boca y catapultaron a Gallardo a un sitial de líder reverenciado que excede largamente las inmediaciones del estadio Monumental y las fronteras argentinas.

Pep Guardiola recientemente se hizo vocero del asombro planetario: "Lo que ha hecho Gallardo en River es increíble". Y mientras los simpatizantes de Boca cada diciembre sudan la gota gorda esperando que el Muñeco diga adiós, los argentinos imparciales o poco futboleros se preguntan por qué no dirige a la Selección o cuánto falta para que el muchachito de la película sea invitado a dar una charla motivacional y de innovación del tipo TED.

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Que Gallardo fue adquiriendo herramientas para perfeccionar su liderazgo lo atestigua una fuente de River que vivió de cerca el proceso desde 2014 hasta hoy: "Se formó, trabajó para eso, está llegando cada vez a niveles más altos de conducción".

Son numerosas las cualidades de un líder eficaz, muchas más las de un líder transformador, porque Gallardo no es un jefe que tiene empleados, sino un líder carismático que seduce, convence. A modo de racconto, algunos de sus puntos fuertes exhibidos a nivel de liderazgo:

Toma de decisiones. Hay decisiones clave, fundacionales para un liderazgo. En las que el futuro se termina cincelando. Cuidar a los titulares contra Racing en 2014 por el torneo local, seguramente fue una de ellas. Pese a las críticas, MG priorizó la serie ante Boca, ganó la Copa Sudamericana y cambió el curso de la historia.

Trabajo en equipo. Este valor, tiene dos aspectos: la conformación de un grupo de colaboradores de extrema confianza (incluso sostuvo a algunos de ellos ante ciertos cuestionamientos) y la elección de líderes positivos como referentes y representantes en el vestuario (Leo Ponzio permaneció, cuando se fueron Fernando Cavenaghi y Marcelo Barovero hizo llegar a Javier Pinola y Enzo Pérez).

El juego mental. Guardiola firmó que en la élite del fútbol la diferencia suele hacerla la fortaleza mental. MG sigue este pensamiento. Abierto a escuchar y a innovar, hizo espacio en su cuerpo técnico a un psicólogo del deporte de la institución y a una especialista en neurociencia.

Sinceridad, autenticidad. Se caracteriza por decir lo que siente y piensa. Eso es algo muy valorado por los jugadores. Lo hace en las ruedas de prensa, en la que los principales destinatarios de sus mensajes son sus propios jugadores. El poder de convencimiento emerge de la autenticidad y de los valores con que se maneja.

Habilidades comunicacionales. Muy consciente del valor del lenguaje no verbal, MG también aprendió a callar, a manejar los tiempos (ejemplo, la conferencia pospartido del martes último y la de ayer) y frases que crean mundos como “mantener la guardia alta” o “que la gente crea porque tiene con qué creer”.

Resiliencia. MG suele evitar los discursos “victimistas”, tiende a asumir (y hacer asumir) las responsabilidades. En eso se cimienta la capacidad del equipo de no dejarse doblegar ante situaciones desfavorables o “traumáticas”: el después de la eliminación con Lanús en 2017, las tres veces que estuvo en desventaja con Boca en la final de la Libertadores 2018, las situaciones en que tuvo que dar vuelta o sostener resultados en condiciones objetivamente adversas.

Las virtudes gallardianas. Como líder posee visión global (se puso al frente de todo el proyecto de fútbol amateur en el club, proyecta a mediano y largo plazo), es inteligente e intuitivo (tantos cambios acertados lo demuestran), prioriza el equipo por sobre el individuo (no le tiembla el pulso a la hora de sacar a “pesos pesado”, como Ponzio en Madrid o Lucas Pratto en los últimos meses, o antes a históricos como Javier Saviola o Lucho González cuando volvieron fugazmente al club).

Y sobre todo cuenta con un apetito voraz, que contagia a sus jugadores. El “no hay nada más” después de la final con Boca parece una broma viendo lo sucedido en este 2019, con Flamengo en el horizonte próximo, otra final de Libertadores a la vuelta de la esquina.

“En total, solo tiene seis años de experiencia en esto de ser líder de equipo, con el tiempo cada vez va a estar mejor”, señala la fuente de River. Si la profecía se cumple, el liderazgo de Gallardo no tendrá límites.

(*) Esta nota fue publicada en el Diario PERFIL.