jueves 25 de abril del 2024

"Una Copa del tercer mundo"

En Uruguay, un periodista del diario El País criticó con dureza la organización de la Copa.

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La Copa América no sólo está en la mira por el bajo nivel de juego que en general se vio durante la primera fase. La organización del torneo también es objeto de duras críticas. Y quizás la muestra más contundente es una feroz columna que escribió un periodista uruguayo, que apuntó contra varios aspectos no futbolísticos del certamen en un texto al que tituló "Una Copa del tercer mundo".

"Complicada esta Copa América. La organización, menos diez, el apoyo logístico, no existe, los periodistas somos ciudadanos de tercera categoría. Y lo que es peor, nadie se hace cargo de los vuelos cancelados, de las horas de trabajo perdidas, de los problemas que ello acarrea, y de las falencias que existen en todos lados", escribió José Mastandrea en el suplemento deportivo del diario uruguayo El País.

"Ya desde el inicio se vio que esto iba a ser un caos. No sólo consecuencia de las cenizas volcánicas del Puyehue chileno, sino de los problemas gremiales solapados detrás", siguió Mastandrea.

"Pero eso no es todo. El viaje desde Mendoza hacia a San Juan, sede del primer partido de Uruguay ante Perú, fue otra aventura. Sin buses disponibles, sin líneas reforzadas, la mayoría de los periodistas del continente tuvimos que alquilar remises, los que tenían equipos numerosos, terminaron transando con buses chicos, con capacidad para 12 personas, y todo bien. Otros, los más afortunados, o los que sí disponían de tarjetas de crédito con respaldo bancario, viajaron esos 167 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, en coches de alquiler", explicó el periodista uruguayo.

"Pero ahí no termina la historia. Al llegar a San Juan, ciudad acogedora por cierto, otro caos para poder hacerse de los tiques del partido. Colas interminables, protestas y reclamos, a ¡cinco horas! del juego", se quejó.

"A una de las tantas mentes brillantes de la organización, se le ocurrió 'arrear' a los miles de periodistas a un salón de actos. Y sin orden de llegada ni por número o lo que sea, se empezó a llamar ¡de a uno! a solucionar su acreditación. Una joda, por no decir otra cosa. (...) Ergo: tres horas de espera en un clima espeso, lleno de insultos, de garroneros, y de gente que terminó tirando uvas al escenario en donde se había montado un improvisado control de prensa", escribió Mastandrea en otro pasaje de su columna.

El periodista también arremetió por las condiciones de trabajo dentro del estadio sanjuanino: "Escaleras para un lado, escaleras para otro, y al final, el pupitre asignado: casi detrás de uno de los arcos, con una sola línea para trabajar, con el wi-fi que se caía a cada rato y con los modems que no funcionaban". Y contó que en Mendoza la cosa no cambió mucho. "En el remozado Malvinas Argentinas, en una buena ubicación, el drama estuvo en las conexiones de red. Una sola por escritorio, y un solo enchufe..., increíble pero cierto", agregó.

"Y ni qué decir que los taxis casi no salen por falta de combustible, que las colas en las estaciones de servicio son eternas, que no hay monedas para el cambio y siempre el que pierde es el consumidor: 'Te debo 50 centavos viejo ¿sí?', y no hay drama... todo vale, todo está bien", siguió Mastandrea.

Y finalizó en forma contundente. "Sin vuelos, con pocos taxis, sin monedas y con una organización que da ganas de llorar. La Copa América de Argentina es el fiel reflejo de un país de tercer mundo. Es triste, pero es la realidad. Y duele escribirla."

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