jueves 18 de abril del 2024

El qatarí que quiere quedarse con la FIFA

Mohamed Bin Hammam hizo carrera de la mano de Blatter, pero ahora busca destronarlo. Su historia. Galería de fotosGalería de fotos

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Durante su infancia, Mohamed Bin Hammam soñaba con ser jugador profesional. Y si bien la gloria no lo encontró gritando un gol en un estadio colmado de hinchas, su nombre podría destronar al de Joseph Blatter, la máxima autoridad del fútbol a nivel mundial, en la presidencia de la FIFA.

"Hoy, tras haberlo estudiado, y armado con mi amor por el fútbol, decido competir en las próximas elecciones para la presidencia de la FIFA previstas para junio de 2011", aseguró Bin Hammam hace algunas horas al lanzarse abiertamente a pelear el puesto con el hombre que prácticamente lo formó dentro de la dirigencia del deporte.

Quién es Mohamed Bin Hammam. El posible sucesor de Blatter nació el 8 de mayo de 1949 en Doha, donde vive actualmente. Frustradas sus intenciones de ser futbolista, decidió estudiar ingeniería y se convirtió en un hombre de negocios. Dueño de la empresa constructora Kemco, sus primeros pasos en el mundo del deporte los dio como presidente del Rayyan Sports Club. Durante los años en los que estuvo al frente de la institución -del 72 al 87-, el equipo se coronó siete veces en la Premier League de Qatar.

Con un perfil exitoso, en el 92 Ben Hammam desembarcó en la Federación de Fútbol de su país. Cuatro años después, llegó a lo más alto al ganarse el puesto de presidente de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC). Pero el fútbol no es el único deporte en el que Mohamed intentó hacer carrera, aunque de seguro es el ámbito en donde más lejos llegó. Es que entre el 79 y el 83 el qatarí fue presidente de la Asociación de Volleyball y de la Asociación de Tenis de Mesa de su país.

De aliado a contrincante. Si bien hoy se presenta como una alternativa "transparente" al mandato de Blatter en la FIFA, Bin Amman se ganó un lugar en el organismo más importante del fútbol gracias a su lealtad para con el suizo.

Cuando en 1998 Blatter le ganó las elecciones al sueco Lennart Johansson, se mencionó al qatarí como el hombre que financió varias votaciones a su favor. Cuando Blatter se impuso al camerunés Issa Hayatou, se lo mencionó como una figura clave para dividir el voto en el bloque africano y ayudar así, de nuevo, al suizo.

Como una especie de premio a su lealtad, Blatter integró a Bin Hammam a la comisión de finanzas de la FIFA y lo puso al frente del programa GOAL, que se encarga de repartir dinero -millones de dólares- en pos del desarrollo del fútbol alrededor del mundo.

No sería descabellado pensar que Ben Hammam se convierta en el próximo presidente de la FIFA. Con el apoyo de los petrodólares de la familia real Al Thani, sorprendió al hacer que Qatar se convierta en la sede del Mundial de 2022.

Qatar gana espacio en el fútbol. Además de convertirse en la futura sede de un Mundial, el pequeño país asiático fue noticia por la Qatar Foundation, una institución pública fundada en 1995 por el emir de Qatar y presidida por su esposa, la jequesa Moza Bint Nasser Al Missned y que se ha convertido en el primer anunciante que pagará por una publicidad en la camiseta del Barcelona.

En lo que respecta a la liga domestica, algunos clubes han invertido gran cantidad de dinero al contratar figuras sobre el final de sus carreras para potenciar el espectáculo. Romario, por ejemplo, tuvo un breve paso por el Al-Saad y Gabriel Batistuta le dio al Al Arabi sus dos últimos años de carrera a cambio de una fortuna. Más tarde, el Bati también apoyó la candidatura qatarí para la Copa del Mundo 2022.

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