sábado 20 de abril del 2024

River: su única final por sobrevivir

Hoy se cumplen 15 años del último gran triunfo, que le permitió obtener su segunda Libertadores. La dimensión del partido contra Belgrano contrasta con el rico pasado del club. Galería de fotos. Galería de fotosGalería de fotos

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¿Se puede decir que River está ante el partido más importante de su historia? ¿Se puede pensar que una derrota –y consecuente descenso– sería la peor desgracia en sus 110 años? ¿Existe lugar para creer que se puede revertir lo que parece –o se presume– como inevitable? ¿Perderá sus pergaminos, su prestigio? ¿Ya no será el más grande, lejos? ¿Lo expulsarán del grupo de los cinco? ¿Seguirá siendo considerado un campeón eterno? ¿Un descenso ayudaría a recomponer el orden económico e institucional que hace tiempo perdió? ¿Tiene fuerzas suficiente el equipo para sobreponerse al golpe?

Son algunos de los muchos interrogantes que genera River estando a 90 minutos de la Primera B Nacional. Claro que todo forma parte de un contexto, pero es un contexto inédito para el club, uno que jamás pensó que iba a vivir. El ejercicio es mirar con cierta perspectiva las cosas, aun cuando la pasión de hinchas, no hinchas, medios, protagonistas y todo el que opina no permita una conclusión contundente.

Cuando era para ganar. La diferencia es clara y obvia: River siempre jugó para ganar títulos, nunca para salvarse del descenso. Ese hecho, para muchos, lo convierte en el partido más trascendente de su vida. “Es el partido de la vida”, dijo Ricardo Zielinski, el técnico de Belgrano. Le corresponde a ambos, pareciera. La rica historia del club no desaparecerá, pero ¿qué elegirían los hinchas? ¿Salvarse del descenso o entregar, por ejemplo, las dos Copas Libertadores que tiene en su haber? El primero de los partidos más importantes de su historia fue su primera final de Libertadores, el 20 de mayo de 1976. Ese día perdió 4 a 2 con Peñarol, después de estar en ventaja por dos goles. Nueve años más tarde terminó con un karma que se había convertido en insoportable: los 18 años sin lograr un título, que terminaron el 14 de agosto de 1975 cuando el juvenil Rubén Bruno –los jugadores de Primera estaban de huelga– le dio el el triunfo sobre Argentinos en la penúltima fecha del

Metro ‘75. Ese pasó a ser el partido más importante de su historia.

Cuando el contexto cambia, la importancia del partido cambia. En el ‘86 el partido más importante de su historia fue la final de la Libertadores (29 de octubre): en su tercer intento –el anterior había sido en el ‘76– pudo ganar la Copa. Dos meses más tarde (14 de diciembre) el partido más importante de su vida fue la final de la Intercontinental, con el Steaua de Bucarest, de Rumania, en la que se consagró campeón por primera vez. Diez años más tarde, ganaba el partido más importante: fue una nueva final de la Libertadores, que ganó de la mano de Enzo Francescoli. La fecha: 26 de junio, la misma de hoy.

¿El más? En quince años el contexto mutó radicalmente. El de hoy no será un partido para ganar una copa, será para mantener la categoría. Si pierde, puede haber consecuencias inimaginables –deportivas y económicas, claro. Los principales diarios del mundo, apenas River perdió con Belgrano, reflejaron la noticia. En Argentina, estuvo –y está– casi a la par del anuncio de la presidenta Cristina Fernández sobre su compañero de fórmula. A veces, casi en exceso: mostrar y darle relevancia a la bandera “matar o morir” no ayuda en nada. Por caso, un mensaje similar “vencer o morir” les envió Benito Mussolini a los jugadores de la selección de Italia antes de la final del Mundial de 1938.

El dramatismo desmedido, irracional, por lo general no conduce a finales felices. Los incidentes del jueves en el Monumental, con operaciones políticas armadas entre las sombras, son prueba

de ello.

También existe algo de injusticia con Belgrano: la sensación es que no puede ascender, que está mal que tumbe a un grande como River. Al fin y al cabo, es una competencia deportiva, un partido de fútbol. Si es el partido más importante de su historia lo determinará el tiempo.

Es bueno para River recordar una frase de Simón Bolívar: “El arte de vencer se aprende en las derrotas”. ¿Lo del miércoles le servirá para esta tarde?

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil

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