sábado 20 de abril del 2024

Trezeguet, el hincha que se reinventó a los 34

Lo creían acabado, pero se ganó un lugar en "su" River: hoy Almeyda lo pondrá de titular por primera vez en la B Nacional.

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Cuando un jugador de fútbol consigue ser campeón del mundo a los 20 años es porque tiene algo especial. Y cuando ese jugador de fútbol, a los 22 años, le da a su selección la Eurocopa con un gol de oro en la final –a la poderosa Italia– es porque definitivamente tiene algo especial. Eso –entre otras muchas cosas– hizo David Trezeguet con Francia. Ahora, con ese aura que rodea a los grandes jugadores de fútbol que lograron ser de clase mundial, está en River. Como uno más, en la B Nacional, con 34 años, conquistando el fútbol que debió dejar de adolescente, cuando se fue a Francia, donde había nacido cuando su padre, Jorge, jugaba en el Football Club de Rouen. Mirado de reojo apenas llegó, un puñado de minutos en cinco partidos le bastó para que Matías Almeyda ya pensara en él como titular. Es un encantador, de compañeros, rivales e hinchas propios y de otros equipos.

Renacer. Cuando dejó el Hércules español –jugó 31 partidos y marcó 12 goles– para fichar por el Baniyas de Emiratos Arabes Unidos, se pensó que la carrera de Trezeguet estaba acabada, que se iba a ese destino exótico, en el que cobraba 1,7 millón de euros por temporada, para tener un final de carrera relajado. Pero a un delantero que vive de los desafíos, aquél en Medio Oriente no se parecía en nada a lo que estaba acostumbrado. Por si fuera poco, una lesión muscular lo marginó durante gran parte del torneo. Cuatro meses duró la aventura: rescindió su contrato y buscó un nuevo horizonte.

Fue River su deseo, lo había sido durante toda su carrera, y ése era el momento para hacerlo realidad. “Quiero revancha tras mi paso en Emiratos, donde viví una situación delicada”, dijo hace unos días en la Rock & Pop. Cuando llegó, no le tiró su currículum a nadie y recordó que ya había jugado en la Segunda División con la Juventus en la temporada 2006/07, después de un escándalo de arreglo de partidos: “Viví lo mismo con la Juve, además en una situación más delicada, porque arrancamos con menos 16 puntos. Por eso estoy preparado”, le aseguraba a la web oficial de River apenas llegó. Resignó dinero (incluso se habló de un interés del Milan cuando al club italiano se le frustró la incorporación de Carlos Tevez): “Para venir a River lo económico ni siquiera estuvo en un segundo plano, pasó a un tercero o cuarto”.

Su situación era la siguiente: 34 años, proveniente de Emiratos Arabes y con una lesión muscular que lo tuvo a maltraer. Las sonrisas en River por su fichaje se mezclaban con los comentarios de desconfianza. “Se habló mucho sobre mi edad, sobre mi estado físico y mi motivación, pero me conozco bien, me gané la confianza del entrenador y de mis compañeros”, dijo hace unos días. Sus compañeros también lo quieren adentro de la cancha. “Tenerlo en el banco es una picardía”, lo elogió Alejandro Domínguez, al mismo tiempo que le envió un mensaje a Almeyda. Esta tarde conformará la dupla de ataque junto a Fernando Cavenaghi, que también tiene palabras y conceptos elogiosos, aunque por estos días en River se dice que está un “poquito celoso” del momento de Trezeguet.

Los dirigentes quedaron también encantados. “Es un caballero, adentro y afuera de la cancha. Jamás puso un pero mientras negociamos y se adaptó completamente al club y al plantel. Siempre nos dice que está muy contento de estar acá”, asegura Diego Turnes, vicepresidente de River y hombre cercano al plantel.

Familiero. Trezeguet es cultor del perfil bajo y de conservar las cosas en familia. Eso lo heredó de su papá, Jorge. “Fue mi viejo el que me dio los mejores consejos para la vida de jugador. Aún hoy me sigue aconsejando. Somos amigos, él llevó mi carrera profesional”. Jorge, junto a Beatriz y Fabiana, madre y hermana del delantero, viven en Europa. También su esposa española, Beatrice, y sus hijos Aaron y Noraan, de 11 y 3 años, viven en el Viejo Continente y lo visitan cada vez que pueden. “Tengo una mentalidad muy sudamericana, con la unidad de la familia como prioridad. También mi esposa es así. Y mis hijos, aunque son franceses, quiero que conozcan mi tierra.”

Es amigo de Zinedine Zidane y Thierry Henry, ganó un Mundial (1998), una Eurocopa (2000) y jugó la final de Alemania 2006, pero nada lo pone tan ansioso, dice, como jugar con la camiseta de River.

Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.

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