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Banfield dio esta noche un emocionante paso hacia su regreso a la Primera División de la AFA al empatarle a Independiente 3-3 en tiempo adicionado un partido que se realizó en el Estadio Florencio Sola y que fue dinámico, cambiante, dramático y atrapante.
Por la vigésimo octava fecha del campeonato de la Primera B Nacional, Independiente estuvo dos veces en ventaja, porque ganó el primer tiempo 2-0 y a 19 minutos del epílogo del cotejo se imponía 3-2, pero el líder jamás perdió la fe en su capacidad y ambición y por eso alcanzó primero el 2-2 y hasta el 3-3 del epílogo estuvo a un poste de coronarlo con lo que hubiera sido un 4-3, en otra muestra de las emociones intensas que se vivieron en la noche sureña.
Arriba entonces, los tres puestos que valen ascensos, siguen, de momento, en poder del puntero Banfield, el escolta Defensa y Justicia y quien completa el podio es el equipo de Omar De Felippe, aunque a esta lucha le quedan por delante todavía 14 capítulos.
Pero por lo ocurrido en este electrizante encuentro los aplausos también los merece Independiente, porque venía mal, había sembrado desconfiaza en lo que va de este 2014 y en la noche del sábado ofreció síntomas de una mejoría importante, muy especialmente en el aspecto anímico. Independiente pareció hasta último momento que iba a cosechar un valiosísimo y oportuno triunfo como visitante del dueño de la cúspide, pero igual el 3-3, si se lo analiza con frialdad, de ningún modo lo condena.
Los goles que afirmaban y aliviaban a los Rojos ya en el primer tiempo los aportaron Hernán Fredes, a los 26 minutos, valiéndose de un remate desde fuera del área grande, y Sebastián Penco, a los 32, al culminar un contraataque de cabeza.
Pero el segundo período tuvo un comienzo de máxima preocupación para los visitantes, porque descontó Ricardo Noir, a los 11 minutos, al recoger un rebote, e igualó el paraguayo Santiago Salcedo, a los 17, al aplicarle a la pelota un cabezazo descendente.ð Y en el marco de esa situación angustiosa, con Banfield en crecimiento e Independiente con la necesidad de volver a ser, surgió un contraataque para los de Avellaneda, Lihué Prichioda lo tomó desde atrás dentro del área a Lucas Villalba y el árbitro Germán Delfino acertó al sancionar el penal.
De la ejecución se hizo cargo el arquero Diego Rodríguez y, a los 26 minutos, le pegó a la pelota con tanta potencia, convicción y precisión que las oportunidades de Enrique Bologna hasta para intentar desviarla se tornaron nulas.
Así el Rusito Rodríguez se erigía en una de las figuras de la noche por su rol en los dos arcos, el propio y el extraño.
Pero el elenco de Avellaneda se quedó en el minuto 29 sin Fredes, por una tarjeta roja directa con la que se castigó una infracción y desde entonces Banfield se le fue encima sin darle el menor respiro.
Y de tanto perseverar, Salcedo giro en el área y estableció el 3-3 que, en cierto modo, refleja que hubo aciertos significativos en los dos bandos.
Y Noir casi determina lo que hubiera sido un 4-3, pero uno de los postes de la valla de Rodríguez fue el obstáculo y ya no quedó tiempo para más emociones.
Fuente: Dyn
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